Vega Ferreira| 9 de mayo de 2016
i antiguamente la sociedad estaba profundamente jerarquizada, ahora todos luchamos por la instauración a todos los niveles de la meritocracia. Cuantos más aspectos compartimos con alguien como de sexo, edad, nivel económico etc, más cerca nos sentimos de esa persona, y por tanto, nos es más fácil compararnos. Al no haber estatus sociales, nos encontramos todos más cerca los unos de los otros. El resultado de esto es que nos comparamos mucho más a menudo.
Solemos escuchar que vivimos en una sociedad materialista, que el ser humano es avaricioso por naturaleza. Quizás no es es tener cosas lo que buscamos, si no las recompensas que esas cosas nos aportan. «La próxima vez que veas a una persona con un Ferrari, no pienses que su dueño es alguien avaricioso, si no alguien extremadamente vulnerable y necesitado de amor» afirma Alain de Botton, escritor, conferenciante y emprendedor suizo en la conferencia de TED con el título «Una filosofía del éxito más benévola y moderada».
Esta nueva manera de concebir las recompensas, está de la misma relacionada con otro problema de la actualidad que también se repasa en la conferencia de Botton, la autoestima. Al final, si buscamos una sociedad meritocrática, debemos dejar de compararnos, alegrarnos por los logros ajenos y celebrar los propios.
