Hace 25 años, Titanic arrasaba en los Oscar. El largometraje de James Cameron se hacía con 11 estatuillas, incluida la de mejor película, y pasaba a la historia como una de las más taquilleras y como la favorita de toda una generación de incondicionales.
Y es que, historia de amor aparte, este film recogía los errores garrafales que llevaron al naufragio de un barco que se creía insumergible y que, sin embargo, no sobrevivió a su primera travesía, allá por 1912.
El hundimiento del Titanic, así como otros hechos históricos, nos deja, así, un importante legado más allá de sus codiciados restos en el fondo marino, situados a más de 3.700 metros de profundidad en el Océano Atlántico. Dicho suceso acaecido el 14 de abril de 1912 nos brinda importantes lecciones que cualquier líder debería mantener muy presentes y que se desgranan en el documental 10 errores que hundieron el Titanic (2019).
«Caballeros, ha sido un honor tocar con ustedes esta noche», frase atribuida a los músicos del Titanic
Claves para no ser un Titanic empresarial en tiempos de cambio
De hecho, no está de más que hagamos una revisión del suceso, ya histórico, para evitar nuevos hundimientos, como el protagonizado por Silicon Valley Bank o Credit Swiss en las últimas semanas y que incurren en los mismos descuidos: crecer demasiado rápido y con pies de barro para acabar naufragando como el Titanic.
Estas son algunas de las lecciones de liderazgo que nos deja la tragedia del famoso transatlántico:
1. Enfrentarse a los problemas con un plan de choque elaborado:
Tras años de investigaciones, sabemos que de haber impactado de frente con el iceberg, y no de lado, el Titanic hubiera evitado su terrible hundimiento. Es decir, virar a babor en el último momento fue un terrible error, ya que posibilitó que los compartimentos de seguridad se llenasen de agua a gran velocidad.
Así que, lección número uno, siempre hay que contar con un plan de evaluación de riesgos y otro de acción frente a posibles contingencias. Este último permite tomar decisiones apropiadas en cuestión de segundos y, lo más importante, con las posibilidades de éxito ya sopesadas. La otra gran lección es: los problemas, mejor atajarlos de frente.
2. Subestimar los posibles riesgos:
El viaje inaugural del Titanic, desde el puerto inglés de Southampton hasta Nueva York, debía ser un hito histórico, es decir, tenía que ser perfecto. Por ello, el capitán Smith se decidió, según advierten los expertos, por una ruta que evitara el peligro de toparse con icebergs, algo más al sur de lo acostumbrado. Eso no evitó, sin embargo, que el barco chocase finalmente con uno de ellos, al subestimarse la presencia de estas enormes rocas de hielo submarinas en la ruta escogida.
La otra lección que debe aprender toda persona líder es que, por muy pequeño que parezca el contratiempo, jamás hay que minimizarlo. Un CEO debe estar atento ante cualquier señal de advertencia, y no abandonar el puesto de mando por la percepción de que nada puede pasar.
3. Precipitarse en el lanzamiento de un proyecto:
El diseño y construcción del Titanic supuso un desafío para la época por su tamaño, peso y velocidad, y de hecho, lo fue. Aún con todo, el barco no adolecía una severa falta de seguridad, aunque con el tiempo se ha señalado algún error de diseño que podría haber influido en el fatal desenlace, por ejemplo, la escala del timón.
Si fue más problemático, sin embargo, el errático protocolo de salvamento y la equipación de la tripulación, a todas luces escasa. No había botes salvavidas para todos, la alarma se dio demasiado tarde y una larga lista de errores encadenados por la falta de previsión ante un inverosímil accidente.
Por lo tanto, más lecciones: la formación de todo el equipo es fundamental, del primero al último de sus componentes; así como la dotación de las herramientas necesarias para hacer frente a cualquier situación. Escatimar en recursos puede suponer un verdadero desastre.
Por último, un buen CEO jamás debe dejar atrás a su equipo, eso quiere decir que, ante una situación de emergencia, todos merecen ser rescatados.
Evitar el naufragio es posible porque, recuerda, si tu barco acaba en el fondo del mar, puede que tu tabla de salvación esté ocupada por Rose.