En un mundo en el que la influencia de los grupos de interés sobre la empresa no deja de crecer, las organizaciones deben dar un paso más en el buen gobierno corporativo para revalidar su confianza a diario.
Cumplir con la Ley puede no ser suficiente. En la pasada década, la regulación comunitaria y española de buen gobierno corporativo obligó a las organizaciones a mejorar su transparencia, incluyendo temas tan sensibles como la información sobre retribución, gestión de riesgos, independencia o género.