“Me siento solo cuando no puedo compartir las malas noticias”

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Los sentimientos que se les atribuyen a los CEOs, no son siempre reconocidos por ellos, sino mencionados por los expertos en la materia. Es nuestro interés saber de primera mano si de verdad los tópicos se cumplen o por el contrario, los sentimientos vistos desde dentro no funcionan igual.

“A veces la posición del CEO conlleva viajar bastante, y es el momento que uno tiene para hablar consigo mismo” comienza diciendo Ignacio Ayerdi, presidente de Philips Ibérica. Muchas de las decisiones que tiene que tomar el Ceo deben ser en soledad, “yo sí he sentido la soledad del manager, sobre todo a la hora de transmitir malas noticias que no puedes compartir con nadie, ni siquiera con la gente de máxima confianza”  afirma.

Control de emociones en el entorno laboral

Entonces… ¿qué debe hacer un CEO con sus emociones? … ¿Esconderlas? “La exteriorización de emociones es individual, paseando, hasta gritando… El daño que les haces a los otros por tu propio desahogo, prefiero no hacerlo, cojo la bicicleta y esta es la manera en la que disipo las malas sensaciones. Hay cosas que deben ser para ti y que las asumes con el cargo, pero son perfectamente soportables”.

La convivencia con alguien que tiene un puesto de tanta responsabilidad y que acostumbra a controlarse en el ambiente laboral, aprendiendo a ser más hermético, no debe ser fácil. A lo que el presidente de Philips contesta que efectivamente el trabajo consume muchas horas, pero puesto que es una persona con un sentimiento familiar desarrollado, trata de no llevar los temas de trabajo a casa, y su tiempo libre, “el ocio y las aficiones,  las comparto con mi familia, mi mujer y mis hijos… para mí la familia es muy importante”.

Y reconoce que no todo el mérito es suyo, atribuyéndolo a la participación inestimable de la madre de sus hijos: “Cuando eran pequeños viajé muchísimo, yo intentaba dedicarme a ellos aunque la dedicación por parte de mi mujer fue infinitamente superior a la mía, y con éxito porque nos ha ido bien”.

Al plantearle al Sr. Ayerdi otros sentimientos y emociones, no duda en hablarnos de ellos: He sentido miedo al encontrarme en un foro ante el que hay que hacer una presentación importante, pero aprendes a modularlo con la experiencia”.

No se considera una persona irascible, así que no tiene que hacer esfuerzo para controlar la ira. Y aunque no le gusta ese tipo de carácter, reconoce que hay que saber aceptar las distintas personalidades de un equipo.

La jubilación del CEO

Por último puse al presidente de Philips en la tesitura de confesar qué pasaría por su cabeza si fuera despedido de repente: “Estoy preparado para asumir cualquier decisión que tomaran en mi empresa, incluso mi despido”. Aunque le gustaría imaginar el final de su carrera, tal y como ha visto en Holanda, compatibilizando la fase final con la degradación de responsabilidades, una transición gradual a la jubilación, reconoce que pensar en  un trabajo a tiempo parcial es su mecanismo de defensa, “por si me resulta insoportable la idea del abandono total de mis funciones”.