Los 5 secretos de los CEOs más importantes del mundo

%banner%
%home%

A lo largo de su trayectoria profesional, Adam Bryant, subdirector de The New York Times, ha tenido la oportunidad  de entrevistar a más de 70 directores de grandes empresas. Nombres como los de Steve Jobs, Bill Gates, Carlos Slim, Mark Zuckerberg, Larry Page, Sergey Brin o Warren Buffett, son o han sido CEOs que marcaron la vida de su compañía, y todos cumplían con las características necesarias para llegar al éxito.

Si antes de ocupar los cargos de primeros ejecutivos tuvieron que enfrentarse a numerosos obstáculos y demostrar su valentía, ¿cómo consiguieron llegar hasta donde están?, ¿qué es lo que les hace diferentes?, ¿qué tienen ellos que no tienen los demás?, ¿por qué ellos y no tú?…

Muchos de ellos son ejemplo de motivación, supieron recuperarse y seguir adelante cuando algunas veces perdieron. Sin embargo, en el día a día todo parece más complejo: la situación económica actual, la competencia cada vez más dura, un público cada vez más informado y exigente…

Capacidades y habilidades de los CEOs

Después de analizar las declaraciones de los primeros ejecutivos que entrevistó a lo largo de los años, Adam Bryant descubrió que todos tenían en común una mezcla de capacidades y habilidades que les hacían diferentes, y encontró 5 elementos que se repetían una y otra vez entre ellos:

1. Curiosidad. Según el subdirector de The New York Times, la gran mayoría de los consejeros delegados son “apasionadamente curiosos”. En muy pocas ocasiones hemos podido ver esta parte de ellos en los medios de comunicación, pero todos coinciden en que se trata de algo natural en ellos.

Suelen preguntarse sobre temas que a priori  interesan a pocas personas, como por qué las cosas funcionan de tal manera, cómo se pueden mejorar las cosas, averiguan las historias de las personas con las cuales se relacionan y las de sus clientes: “Es este cuestionamiento incesante que lleva a que los empresarios descubran oportunidades y los ayuda a comprender a las personas que trabajan para ellos, y cómo hacer que trabajen juntos de manera efectiva”.

Se describen a ellos mismo como “estudiosos de la naturaleza humana”.

2. Tenacidad. Muchos de estos directivos son unos ejemplos de superación y de lucha, lo que les ha permitido aprender de sus experiencias y sacar lecciones de lo que vivieron. En numerosas ocasiones fracasaron y tuvieron fuerza y motivación para superar estos obstáculos. Bryant comenta que “los CEOs parecen impulsados por una fuerte ética de trabajo forjado en la adversidad. A medida que avanzaban en las organizaciones, la actitud sigue siendo la misma: este es mi trabajo, y voy a poseerlo. Debido a esa actitud, son recompensados con más desafíos y promociones”.

3. Capacidad para trabajar en equipo. En las entrevistas a consejeros delegados que hemos tenido la oportunidad de realizar para Canal CEO, hemos podido comprobar que todos coinciden en un punto: sus equipos de trabajo son fundamentales para su éxito. Los primeros ejecutivos entienden cómo funcionan los equipos de trabajo y cómo sacar el máximo partido al grupo, dependiendo de las capacidades de cada uno.

Para el subdirector de The New York Times, tienen la capacidad de reconocer las necesidades de los trabajadores de su empresa y la manera de reunirlos en torno a un objetivo común.

4. Sencillez. Los altos ejecutivos, así como los clientes, buscan sencillez en el sentido en el que quieren que sus interlocutores vayan al grano y sean concisos. Ellos siempre son claros en decir lo que quieren. Según Adam Bryant, “pocas personas pueden ofrecer la simplicidad que los jefes quieren. Por el contrario, asumen erróneamente que ellos se sentirán impresionados con una larga presentación de PowerPoint o largos comentarios sobre algunos proyectos”.

5. Valentía. Todos los grandes CEOs de la historia se han hecho alguna vez en su vida esta pregunta: “¿Soy valiente para asumir retos?”. Si la toma de riesgos se suele asociar con los empresarios arriesgando en los negocios, es un estilo de vida que muchos ejecutivos encarnan y buscan fomentar en los demás. 

Adam Bryant termina su análisis comentando que estos rasgos no son genéticos. Buena noticia, porque tú también los podrás desarrollar a través de tu actitud, tus hábitos y tu disciplina, lo que te ayudará a convertirte en el mejor líder para tu compañía.