Lo que Leonardo Da Vinci nos enseñó: «Cuando aprender nunca agota la mente»

Pocas personas representan mejor que Leonardo Da Vinci los valores de humanismo e innovación. Por eso, los Premios DUX Canal CEO 2022 han elegido el concepto dux para dar nombre a unos galardones que tienen como objetivo reconocer las buenas praxis de todos aquellos directivos creadores de futuro. Porque, si existe alguien que simboliza a la perfección ese término de origen latino, ese es Leonardo.

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El polímata fiorentino supone una verdadera inspiración para cualquier líder empresarial de nuestro tiempo, pues atesora la mayoría de cualidades que asociamos al ejercicio del liderazgo: apreciar las emociones de los demás para extraer lo mejor de ellos, actuar con coraje y valentía, tener capacidad para comunicar, hacer frente a los problemas con optimismo y serenidad, estar siempre preparados para mejorar…

Y, aunque es difícil que un genio como el suyo pueda repetirse en la historia, o en concreto, en el ámbito empresarial, desde Canal CEO aceptamos el reto con la creación de los Premios DUX. Con este galardón buscamos reconocer las buenas praxis de todos aquellos directivos creadores de futuro. Y que, sumados uno a uno, forman un Leonardo empresarial, transformador, visionario y humanista capaz de cambiar el mundo.

Fija tu rumbo a una estrella y podrás navegar a través de cualquier tormenta.

Bases de participación de los Premios DUX Canal CEO

Los 9 motivos más inspiradores

A continuación enumeramos algunas de las lecciones de liderazgo que nos dejó el genio del Renacimiento, Leonardo Da Vinci, desaparecido hace más de 500 años:

  • Aprendizaje continuo: Leonardo nunca dejó de aprender. Su proceso formativo jamás se detuvo, como tampoco debería hacerlo el de quien aspira a dirigir con éxito una organización empresarial.
  • Innovación: Leonardo fue precursor de inventos que no llegarían a materializarse hasta varios siglos después, como la bicicleta, el coche o el paracaídas. Aunque su capacidad innovadora es difícilmente repetible, cualquier líder empresarial debería aspirar, al menos, a mejorar lo que ya existe.
  • Curiosidad: La base de la facilidad de Leonardo para inventar cosas nuevas radicaba en su inagotable curiosidad. Hasta el punto de que apuntaba en un cuaderno todo aquello que llamaba su atención. Del mismo modo, es obligación del CEO de una compañía pensar, explorar y crear de manera diferente a los demás, animando a sus equipos a hacer lo propio para destacar entre sus competidores.

El tiempo es suficientemente extenso para aquellos que lo usan.

  • Valentía: Se dice que la principal lección vital de Leonardo fue su valentía, su convencimiento de que la genialidad no es una cuestión de genética, sino de coraje. Él tuvo la capacidad de cambiar de contexto cuando el actual no saciaba sus expectativas. Y eso mismo debe hacer un auténtico líder: buscar nuevos caminos cuando los transitados hasta ahora ya no dan más de sí.
  • Reflexión: El atrevimiento de Da Vinci no consistía en tirarse a piscinas donde no había agua, sino que era el resultado de profundos ejercicios de reflexión. Y eso es, también, lo que deben hacer los dirigentes empresariales: observar el mundo desde un punto de vista reflexivo, tratando de ofrecer la mejor respuesta posible a los problemas de sus clientes.
  • Legado: Leonardo nos dejó una interminable herencia en forma de obras de arte, libros y tratados. Las aspiraciones de un CEO de nuestro tiempo pueden ser más modestas, pero deben tratar, al menos, de dejar una huella en su organización que perdure tras su paso.

Nada debería ser tan temido como la fama vacía.

  • Visión: La capacidad para anticiparse al futuro fue otra de las grandes cualidades de Leonardo. E ir más allá de lo conocido debe ser, también, el objetivo de un líder empresarial. Al menos, ir más allá de lo conocido en el ámbito en el que la compañía que dirige desarrolla su actividad.
  • Diversidad: Leonardo tuvo hasta 16 ocupaciones diferentes (arquitecto, pintor, escultor, diseñador, ingeniero, agrónomo, geólogo…). No podemos exigir lo mismo a un dirigente de nuestro tiempo, pero sí que sepa rodearse de equipos diversos, cuyos conocimientos puedan complementarse.
  • Superación: Leonardo era disléxico, una disfunción genética que, sin embargo, le permitía pensar más rápido que el resto a través de las imágenes.

Transformar los problemas en oportunidades es, también, uno de los pilares del ejercicio del liderazgo empresarial en el actual contexto cambiante.