

Esta Selección de leyenda ha completado un triplete histórico al ganar de modo consecutivo la Eurocopa (2008) el Mundial (2010) y la Eurocopa (2012), dejando el pabellón del fútbol a una altura difícil de superar.
Dicen que todos los equipos proyectados hacia el éxito, es decir, los que tienen una mentalidad ganadora, reúnen una serie de características fáciles de identificar. Vamos a pararnos en las que reúne la Selección Española de Fútbol.
1. Una meta bien definida.
Cuando clarificamos el lugar al que queremos llegar, cuando fijamos el sitio exacto en el mapa en el que queremos clavar nuestra bandera, la conquista del territorio se hace más nítida. Si la meta no está definida puede que cada miembro del equipo entienda fines diferentes. Todos los integrantes de la Selección lo tienen claro. Saben cuál es la meta común y qué deben hacer para lograrla.
2. Enfoque hacia el logro de resultados
La llegada a una meta tiene que responder a un para qué, es decir, tiene que implicar la obtención de unos resultados. Estos resultados deben ser creíbles, alcanzables y deben suponer una ventaja para el equipo, además de cubrir también las necesidades y las expectativas individuales. Los jugadores españoles luchan hasta la extenuación y van a por todas.
3. Un plan para alcanzar la meta
Tener un plan y un camino trazado con hitos marcados en el tiempo es imprescindible para que los objetivos pensados se materialicen. Si no sabemos cómo vamos a lograr lo soñado, ¿cómo vamos a alcanzarlo? En el camino la Selección se ha encontrado con obstáculos y adoquines pero, desde la serenidad, han sabido sortearlos. Cualquier obstáculo es enorme e insalvable para el que no tiene interés en superarlo, pero es insignificante para el que tiene la vista fija en la meta y se atreve a vivir sus sueños.
4. Compromiso para lograr la meta
El compromiso es la base de los proyectos que logran trascender, ya que todos los miembros del equipo se sienten parte de él y siempre buscan el mejor resultado que redunde en el bien de todos. Para que funcione correctamente el compromiso debe traducirse en exigencia, esfuerzo y dedicación. El compromiso conlleva mirar más allá del horizonte inmediato. Esta generación de futbolistas está comprometida, le mueve el gusto por lo que hacen, desea superarse en cada nueva situación y seguir experimentando el reto de conquistar nuevos territorios para derribar limitaciones.
5. Diversidad de participantes.
Cada ser humano es una entidad distinta y separada de cualquier otra. Cada ser humano es una persona única y singular. Esto significa que tiene características propias que le diferencian de los demás y que conforman una esencia irrepetible. Incorporar la diversidad en el equipo supone apostar por la riqueza de matices que cada miembro puede aportar desde su singularidad. La Selección Española de Fútbol es un ejemplo de la suma y la combinación colectiva de las genialidades particulares.
6. Buenas relaciones.
El clima es indispensable para crear un buen ambiente en el que las relaciones interpersonales puedan florecer. Para ello el elemento de la confianza debe estar presente para que el ambiente informal sea el adecuado y el equipo pueda comunicarse con naturalidad. Las buenas relaciones liman asperezas, nos acercan a otras experiencias y permite que se compartan valores. En caso de conflicto o de bloqueos en el equipo, un buen ambiente contribuirá a superar antes la adversidad y salir más fortalecidos como equipo de las circunstancias. Vicente del Bosque recuerda que estos futbolistas pertenecen a dos o tres generaciones que empezaron a jugar en la Selección cuando eran chavales y que han compartido experiencias. Algunos jugaron juntos el Mundial sub-20 de Nigeria. Han compartido momentos muy especiales y eso los ha ido uniendo y creando un espíritu de equipo, que destaca por su armonía y porque está ensamblado.
7. Liderazgo compartido
Un liderazgo mal ejercido puede hacer irrespirable el clima del equipo, asfixiar el talento y ahogar la motivación. Un liderazgo bien ejercido facilita el compromiso, favorece las nuevas ideas y mejora el rendimiento. Dentro de los equipos el liderazgo compartido tiene grandes ventajas porque cada integrante encuentra su espacio. Hay jugadores que se erigen como líderes naturales en lo que se refiere a tirar del equipo en el terreno del juego, otros son los motores de las buenas relaciones en el vestuario; los hay que hallan su hueco en erigirse como portavoces de sus compañeros ante la dirección técnica. Sea como sea, establecer roles alrededor de un liderazgo compartido es una de las mejores maneras de que cada cual aprecie el valor que puede aportar al grupo, con lo que su autoestima se potencia y con ella su seguridad y su confianza. Como dice Vicente del Bosque «el creer que puedes conseguir algo te da la fuerza».
La Selección Española de Fútbol es, sin duda, un baluarte construido sobre los pilares del respeto, la unidad, la humildad, la responsabilidad, el compromiso, el compañerismo y la elegancia en el juego.
Silva, Jordi Alba, Torres y Mata marcaron cuatro goles para la eternidad. Todos ellos con el resto del equipo y toda la dirección técnica y deportiva forman una generación irrepetible. Gracias.
© Helena López-Casares Pertusa