¿Qué aspectos del deporte olímpico son extrapolables al mundo de empresa? Ésta fue la interesante cuestión analizada durante el último Desayuno de Canal CEO, celebrado en Madrid el pasado 11 de octubre. El protagonista de la jornada fue José Luis Abajo “Pirri”, primer medallista olímpico en la historia de la esgrima española tras colgarse el bronce en Pekín 2008.
El poder del cambio
La estrategia es la base de la esgrima. También de este Desayuno. “Pirri” inició el encuentro poniendo el foco en este aspecto: “Tienes que conocerte muy bien a ti mismo para diseñar tu estrategia, pero también tienes que saber analizar las señalas que te da tu rival para poder sacar ventaja de ellas”. Algo muy parecido, según “Pirri”, a lo que ocurre en el mundo empresarial, donde el líder de cualquier compañía tiene que ser capaz de “conocer sus propias fortalezas, pero siempre atendiendo al mercado”.
De hecho, podría suceder que en función de esas señales que nos envía nuestro entorno sea necesario proceder a un cambio de estrategia. “El cambio es muy positivo y poderoso, porque tienes que dar lo mejor de ti para poder cambiar, tienes que evolucionar”. Para acometerlo, este especialista de la espada aboga por “identificar las posibilidades de cambio».
Debemos saber qué queremos cambiar; asumir riesgos, porque el cambio es de valientes; y aceptar las consecuencias. Tenemos que asumir que el cambio puede llevarnos al éxito, pero también puede salirnos mal
La importancia del método
Clasificarse para unos Juegos Olímpicos no es ninguna casualidad, sino el resultado de un trabajo largo, duro y muy exigente. En este sentido, todos los deportistas de élite comparten una suerte de metodología del éxito que, en opinión de “Pirri”, también es extrapolable al mundo de los negocios. “El primer paso es el autodiagnóstico, conocerte bien y saber de dónde partes. Eso te permitirá hacer una buena planificación, que tiene que ser tan exhaustiva que te permita generar compromiso, porque sólo los equipos comprometidos saben bien dónde van y qué van a hacer, es decir, saben cómo y para qué”.
La segunda clave de esta metodología de los campeones es el autocontrol, en el que intervienen factores como la experiencia y la elección de una estrategia “rentable, es decir, que te funciona”. Y el tercer y último apartado de este método ganador es la motivación, que es lo que permite a un deportista de élite transitar todo el camino anteriormente descrito sin venirse abajo. La motivación, según “Pirri”, es fundamental en cualquier ámbito de la vida, incluidos los negocios: “La (motivación) que mejor funciona es la que sale de uno mismo, la automotivación. Para ejercerla es básico definir bien tu objetivo, que tiene que ser realista”.
Quien tiene un propósito, tiene un tesoro
Según “Pirri”, todo el mundo “debería tener un propósito en la vida, que no es otra cosa que saber para qué haces lo que haces”. Él tuvo uno desde bien pequeño: aportar su granito de arena a la esgrima española, dejar un pequeño legado que al final terminó siendo muy grande (nada menos que una medalla olímpica).
El propósito va mucho más allá del objetivo o del reto y se asemeja, más bien, a los sueños que tenemos y al sentido de trascendencia
La aptitud, sin actitud, no sirve de nada
Los líderes (deportivos y empresariales) se caracterizan por atesorar una serie de valores y por tener unas herramientas que les permiten ejercer ese liderazgo. En opinión de “Pirri”, estos valores son “la honestidad y la humildad”, mientras que la más importante de todas las herramientas a su disposición es la actitud: “Es lo que cambia todo, porque multiplica lo que haces y depende 100% de ti y de que la trabajes todos los días”. De hecho, “Pirri” considera que si ganó el bronce en Pekín fue por haber entrenado previamente esta herramienta, porque “es tu actitud ante las derrotas lo que define tus victorias”.
Una buena actitud también nos permitirá alcanzar nuestro objetivo, que a juicio de “Pirri” no debe ser un resultado específico (como una medalla olímpica o un beneficio económico), sino que tiene que estar relacionado “con los procesos, con cómo vamos a conseguir las cosas”. En este sentido, “Pirri” considera que las derrotas son enriquecedoras, “porque son un buen momento para echar la vista atrás y ver qué podemos cambiar”. Pero la misma actitud debemos tener ante las victorias, “que son otro momento igual de bueno para reflexionar y ver qué hemos hecho bien y qué acciones hay que repetir para conseguir nuestro objetivo”.