Alba Paz
21 de julio de 2014
Con un coeficiente intelectual de 190, una personalidad fuerte y una gran estrategia para alcanzar el éxito, Gary Kasparov ha sido considerado durante 25 años el mejor jugador del mundo en ajedrez. Ahora lidera un partido político y es conferenciante por todo el mundo.
Nacido en 1963 y con unos humildes orígenes,`El Ogro de Bakú´, como le conocen en Rusia, empezó a estudiar el mundo del juego a la edad de 8 años cuando sus padres le propusieron un problema de ajedrez en casa. Así fue creando su perfil más competitivo y no dejo de practicar hasta que no gano su primer campeonato cuando tenía 13 años.
Este amante del deporte necesitaba estar en buena forma física para desarrollar las partidas, ya que, según él decía, esto le hacía centrarse mucho mejor y así formar una figura perfecta de su contrincante. Sabía desde el minuto 1 de empezar sabía cómo iba a desarrollarse el juego al estudiar minuciosamente las jugadas anteriores de sus rivales.
Para alcanzar el liderazgo, Kasparov desarrolló una gran destreza mental e ideo una táctica perfecta para derrotar a sus adversarios. Ésta se basaba en cuatro principios: el trabajo duro, la intuición, la creatividad y el riesgo. El poder de saber adaptarse a las grandes batallas y su potente competitividad le ha hecho formarse como un buen competidor. Asimismo, fue el responsable de crear nuevas fórmulas para considerarse como deporte.
Tras ser derrotado por un ordenador en 2005, se retiró de la competición y adoptó un rol totalmente distinto. Fundó el Frente Cívico Unido, en oposición a las ideas de Putin, y se presentó a las elecciones presidenciales en Rusia. Con unos arraigados ideales liberales, el político estuvo varios días en la cárcel por protestas.
Actualmente se encuentra a cargo de la Fundación de Ajedrez Kasparov, que él mismo constituyo, en 2004. Su principal labor es inculcar este deporte en la escuela en Europa y, sobre todo, en África.