

Hoy en día cada vez más empresas buscan orientar su negocio hacia un enfoque más sostenible, participando de esta manera en la evolución del mundo. Los informes de sostenibilidad están evolucionando, pasando de una expresión de buenas intenciones a unos documentos más estructurados y detallados, que cuentan mucho en el momento de tomar decisiones de inversión.
Los gobiernos promueven la transparencia
La presión por la transparencia llegó de varios frentes. Muchos gobiernos han propuesto legislaciones para que las empresas publiquen datos no financieros.
En Francia, por ejemplo, una ley ha ampliado el alcance de los requisitos de presentación de informes de sostenibilidad de muchas empresas que no cotizan, y se convertirá en algo obligatorio para cerca de 2.600 compañías.
En Sudáfrica, las empresas que cotizan en la Bolsa de Valores JSE deben cumplir con el Informe King sobre Gobierno Corporativo para Sudáfrica (King III), que recomienda a las empresas elaborar un informe global anual en lugar de un informe financiero y un informe de sostenibilidad. Y si las empresas no elaboran un informe global, deben explicar por qué han optado por no hacerlo.
Los inversores quieren más informes de sostenibilidad
Según Eurosif, un think tank, el volumen de inversiones en políticas de responsabilidad social alcanzó los € 5 billones en Europa a finales de 2009, después de aumentar en un 87% en dos años a pesar de la crisis financiera.
Los grandes inversores buscan cada vez más información que pueda ser verificada de forma independiente y que pueda ser utilizada para comparar una empresa con otra en circunstancias similares.
Un estudio publicado recientemente desveló que una de cada siete preguntas formuladas por los accionistas de las empresas del CAC 40, principal índice bursátil de Francia, durante las asambleas generales de 2010, estaban relacionadas con temas de sostenibilidad. El año anterior, la proporción era de 1 de cada 100. En respuesta a esta demanda de los inversores, las agencias de calificación están cada vez más interesadas en temas de sostenibilidad.
Barreras a la hora de elaborar informes de sostenibilidad efectivos
A medida que más compañías elaboran informes de sostenibilidad y reciben elogios de los inversores externos por sus esfuerzos, otras empresas reconocen que necesitan ponerse al día.
“Las regulaciones del gobierno y los requisitos de intercambio han desempeñado un papel, pero la presión social ha sido un motor clave en la elaboración de informes sostenibles”, dice Nancy Kamp-Roelands, Directora del Centro del Conocimiento de RSC de Ernst&Young.
Pero a pesar de esta presión cada vez mayor, existen barreras importantes que impiden la presentación de informes de sostenibilidad más efectivos por varias razones:
– La primera es una falta de comparabilidad. Los informes de sostenibilidad están generalmente elaborados de forma voluntaria, y con las distintas jurisdicciones que promueven distintas directrices, sigue siendo muy difícil para los inversores comparar el rendimiento de las empresas.
– Un segundo problema es que algunas empresas todavía piensan que los informes de sostenibilidad existen para hablar de sus buenas acciones. «Las empresas están dispuestas a informar de las grandes cosas que hacen en áreas específicas, pero por lo general están al margen de sus estrategias de negocio«, dice Anne-Catherine Husson-Traoré, Directora General de Novethic, un think tank con sede en Francia.
– Por otra parte, mientras que los informes de sostenibilidad son cada vez más comunes, están lejos de ser universales. Un estudio de las grandes compañías europeas realizado por el Instituto de Empresas, desveló que sólo un tercio de ellas proporciona a sus stakeholders documentos dedicados a sus políticas de sostenibilidad, mientras que el 48% sólo menciona el tema en sus informes financieros anuales.
Temas tratados en los informes
Las organizaciones también son selectivas a la hora de elegir los temas a revelar en sus informes. La sostenibilidad abarca una gama de temas tan amplia que pocas empresas pueden realmente presumir de ser totalmente transparentes en cada una de esas áreas: el medio ambiente y las condiciones de trabajo son algunos de los problemas más comunes, ética y desarrollo económico local reciben menos atención, mientras que los derechos humanos rara vez se mencionan en sus publicaciones.
Estas elecciones suponen un riesgo en el sentido en que la empresa puede ser acusada de ocultar a la opinión pública información sensible. En general, las empresas presentan un informe sobre las áreas que están estrechamente alineadas con su negocio, o en los indicadores que les favorece, pero esto puede ser una estrategia peligrosa de adoptar…
El hecho de no abordar temas controvertidos o delicados puede reforzar la percepción de que el informe de sostenibilidad de una empresa trata más de comercialización, en lugar de un auténtico deseo de transparencia.
Estándares para la presentación de informes globales
A pesar de estos desafíos, se están haciendo progresos para asegurar que los informes de sostenibilidad sean más consistentes y generalizados.
Desde 1997, el Global Reporting Initiative (GRI) ha promovido una serie de normas de información de sostenibilidad sobre la base de una serie de indicadores clave, diseñados para ser aplicables a todas las compañías. En la actualidad, más de 1.800 empresas se adhieren a la estructura de información de la GRI.
Un desarrollo importante es la puesta en marcha del International Integrated Reporting Committee (IIRC), una coalición de empresas, reguladores, empresas de contabilidad, bolsas de valores y de organizaciones no gubernamentales, cuyo objetivo es crear un marco mundialmente aceptado de información integrada que reúna información financiera, ambiental, social y gobernabilidad.
Las empresas necesitan ser más conscientes de los beneficios que trae la presentación de informes de sostenibilidad: «Muchas empresas empiezan a reportar para cumplir con las regulaciones, pero a medida que aprenden más sobre el impacto de sus actividades, implementan los cambios que aumentan la eficiencia de sus operaciones«, dijo Kamp-Roelands. «Buscar la manera de consumir menos energía, por ejemplo, es bueno para el medio ambiente, pero también para las finanzas de la empresa«.
Traducción libre de Stéphanie Letailleur.