Lucía Felipe | 27 de marzo de 2015
Es lunes a las 7:00 a.m. En vez de ponerse el traje para ir a trabajar, coge su esterilla de yoga y unas zapatillas de deporte. Tras el madrugón las puertas del local se abren y empieza a entrar la gente. Las luces se apagan y la música empieza a sonar. La gente comienza a bailar. Es el ‘Day Breaker’.
La ciudad neoyorkina marca las tendencias de todo el planeta. Primero, fue el ‘After Work’, moda que llegó a Europa a través de series norteamericanas como “Friends” o “Cómo conocí a vuestra madre”, y ahora un nuevo estilo de ocio matinal amenaza con asentarse entre las costumbres de los empresarios estadounidenses.
Se trata de una nueva forma de empezar el día antes de ir al trabajo, aunque lo parezca no tiene nada que ver con los típicos «afterhours» en los que finalizan muchas fiestas nocturnas que se alargan una vez que amanece el nuevo día. Ésta es una fiesta diferente, exclusiva y saludable, con música en directo, clases de yoga, gimnasia y una barra de bar, en la que se sustituyen los cócteles y ‘gin tonics’ por zumos de frutas, té, café y barritas de cereales.
Así es como los ‘daybreakers’, tal y como se hacen llamar los seguidores de esta tendencia, empiezan su día antes de ir a la oficina. Los que lo han probado dicen que «se trata de una gran experiencia, que te ayuda a empezar el día contento y con energía». Además, de empezar el día relajados y con una sonrisa, a los asistentes a estos encuentros matinales les sirve como de espacio de ‘networking’, para estrechar lazos con sus compañeros e incluso, hacer negocios.
Matthew Brimer, uno de los fundadores del movimiento afirma que «empezó como un proyecto artístico y un experimento social». La primera fiesta se hizo en el sótano de un café en Union Square. Brimer explica qué es lo que caracteriza a esta corriente, «hay una intencionalidad muy fuerte -sin ir más lejos, hay que madrugar para estar-, hay un ambiente «positivo, enérgico y sano», y «el número de sonrisas en la pista es increíble».
El nuevo ‘prework’ triunfa en norteamérica y en este año ya se han convocado a más de 400 personas en Nueva York en diferentes locales. Este hábito se está extendiendo a otras ciudades como San Franciso y Atlanta, y también a otros lugares del mundo como Londres, Tokio, Río de Janeiro, Ciudad del Cabo y Bombay.
Cuando llegan las 9:00 de la mañana, cada uno recoge sus cosas. La música se apaga y las luces se encienden. El sol se cuela por las rendijas y las puertas se abren para comenzar una nueva jornada laboral.