Cuando sufres una enfermedad grave, los demás te ven de una manera diferente

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Una escultura de Buda preside el despacho del CEO de Carlin. Es un personaje que le  fascina tanto histórica como literariamente. José Luis Hernández, hace referencia a Shiddarta, la obra monumental de Herman Hesse que quizás sea el exponente más brillante de la historia acerca del religioso nepalí, figura de referencia tanto para el budismo como para el hinduismo.

Hernández Salvador hace referencia a la muerte cuando se habla de los motivos que le conducen a admirar la figura de Buda, Siddarta o Gautamá, como es también conocido. Este directivo entiende que hay que afrontarla con serenidad, aceptarla con normalidad y Buda “ayuda a este pensamiento con su filosofía y sus ideas”.

El CEO de Carlin sufrió un severa enfermedad cardiovascular que le invita a hacer una reflexión, “te das cuenta lo fácil que es perder la vida” y considera que el hecho de que siga entre los mortales es que “se me ha dado un mayor tiempo para continuar viviendo y hay que aprovecharlo para ser lo más feliz que pueda”.

“Cuando sufres una enfermedad grave, los demás te ven de una forma diferente” dice José Luis Hernández Salvador recordando los momentos en los que se reincorporó al trabajo después de estar al borde de la muerte.

Los personajes de los libros ayudan a mejorar día a día

Este CEO, casi filósofo, dice combatir la soledad del líder con su entorno de amigos y familia y con su compañera de vida, la literatura. “Dentro de los libros están los personajes que viven eternamente y están para todos”. Eso nos hace recordar a Andrea Bocelli, el famoso tenor italiano, que preguntado sobre qué es lo que más le hace disfrutar teniendo en cuenta que por su situación económica tiene todo a su alcance: “estar al lado de una chimenea, leyendo un libro”.

La literatura influye tanto en los sentimientos de este directivo que le hace confiar en la mejora: “voy mejorando día a día gracias a los personajes creados por el autor que los ha mimado tanto pensando en nosotros”.

Es increíble darse cuenta cómo la literatura se puede convertir en el centro de la vida de alguien, y a la vez convertirse en la puerta que da a la antesala de la muerte. Preparando a una persona para aceptar la muerte igual que la vida, con la misma serenidad.