Aspectos que no debes descuidar para ser un líder consciente

Lola García

La actual situación tecnológica y económica está ocasionando una mayor prevalencia de casos de falta de control, problemas de comunicación, motivación, conflictos interpersonales y presión que impactan negativamente en los resultados personales y profesionales. Podríamos decir que se están poniendo en evidencia determinados problemas en el ámbito personal y profesional que en condiciones más favorables permanecían ocultas.

Encontramos a menudo personas aceleradas, distraídas, confusas, impulsivas, inflexibles, con dificultades en sus relaciones o excesivamente estresadas, de manera especial entre aquellos que desempeñan funciones de mando, precisamente responsables de inspirar, liderar y formar a sus colaboradores. Debido a esto el rendimiento y la convivencia de nuestras organizaciones y comunidades se ve afectada seriamente. Concretamente resulta fundamental, en este contexto, potenciar habilidades del ser y el hacer de las personas.

Un líder consciente es aquel que cultiva las habilidades del ser, a través del mindfulness y las habilidades del hacer con pautas de comportamiento directivas eficaces.

El mindfulness es un tipo de observación consciente y amable que fortalece nuestro ser, ayudándonos a desarrollar al máximo todos nuestros recursos internos para aprender, crecer y transformar nuestra relación con nosotros mismos y con el entorno que nos rodea. Esta práctica ayuda a un directivo a desarrollar su habilidad del ser mediante la auto-observación. ¿Qué beneficios aporta la auto-observación como herramienta directiva? La toma de conciencia de nuestras trampas mentales y actitudes erróneas ejerciendo el rol directivo que permite corregir nuestro comportamiento para generar relaciones positivas con el equipo. Por ejemplo: ¿Cuántas veces no eres consciente que sólo valoras lo negativo de tu equipo? ¿Qué ocurre con lo positivo? Es una trampa mental muy frecuente en directivos que consiste en “exagerar lo negativo y descartar lo positivo”. Esta forma de pensar descarta lo positivo y confiere más importancia a lo negativo. Esta pauta de comportamiento genera emociones de frustración y desilusión en tu colaborador o equipo si es de forma habitual. Es muy probable que sea un vicio adquirido en el tiempo que ni siquiera te has dado cuenta. ¿Qué piensas que ocurriría si te das cuenta de ello y empiezas a corregirlo? Surgiría el efecto mágico de transformar la relación contigo mismo, y por ende con tu colaborador o equipo. Cuando eres capaz de mejorar la relación con tu equipo estás consiguiendo mejorar la productividad y rendimiento en tu departamento porque los colaboradores se implican más cuando están en un entorno donde se cultiva el bienestar. ¿De quién depende cultivarlo? De ti.

Si tomas conciencia de cómo actúas puedes emprender el siguiente paso del “hacer” que suceda de otro modo que sea más beneficioso para ti y tu equipo ayudándote de herramientas directivas a la hora de gestionar un equipo de manera eficiente.

Me diréis que esto es muy fácil de decir pero que el día a día no os permite tomar ni un minuto para tomar conciencia del ejercicio de vuestro liderazgo. Pero existen aspectos que no debemos descuidar como directivos y es poner en práctica lo que hemos aprendido en las formaciones que hemos ido adquiriendo y las que sucedan así como seguir cultivando nuestro jardín con 8 actitudes para la práctica: Dejar de juzgar, mente de principiante, paciencia, confianza, sin forzar, ecuanimidad, aceptación y dejar ir; Gestionar nuestros pensamientos y no caer en las trampas mentales; Desarrollar empatía y comprensión; Nutrir la comunicación y renovar las relaciones interpersonales.

¿Empezamos con cultivar nuestro jardín con 8 actitudes a la práctica? 😉 !Seguiremos con las habilidades del hacer con la práctica de estas actitudes directivas¡


Lola García
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Licenciada en Ciencias del Trabajo y Grado Psicología. 15 años de experiencia en formación in-company en habilidades directivas y comerciales en empresas multinacionales de diversos sectores. Vocación por mi profesión, amante del teatro, cine y alma viajera.