¿Hay oportunidad en la tempestad? Por su carácter cambiante, a veces traicionero, y las situaciones extremas a las que se exponen los que se animan a enfrentarlo, el mar y sus características representan una buena metáfora del mundo organizacional.
Las similitudes son innumerables. En el barco -como en cualquier compañía- debe existir un liderazgo claro, es necesario el trabajo en equipo para obtener resultados y hay que tener capacidad de adaptación al cambio. Como patrón, es esencial tener una visión tanto para llegar al destino marcado en plazo, como para superar a los competidores. Y para que todo este engranaje funcione a la perfección, los roles y las tareas deben estar perfectamente definidos.
En el libro que hoy nos inspira, Team Spirit, Brendan Hall se pregunta cómo crear una tripulación efectiva, armónica y competitiva con un grupo de personas diferentes, algo que preocupa a los CEO de las empresas y a los capitanes de navíos de todo el mundo.
Lecciones de liderazgo en alta mar
El autor, Brendan Hall, resume los aprendizajes que le dejó disputar la célebre Clipper Round the World Yacht Race -una difícil regata alrededor del mundo- en cinco cualidades enteramente humanas: inspiración, preparación, trabajo en equipo, persistencia y coraje.
1) Inspiración. El entusiasmo del líder es imprescindible para motivar e inspirar a su tripulación. Desde el recibimiento de la llegada -el disparo de un cañón, la multitud que alienta, la alegría del equipo ganador- hasta en las dudas antes de la largada o en la necesidad de probarse que se es lo bastante bueno.
«El capitán que mejor gestiona y motiva a su gente será el que gane. Debo mantener mi foco en un simple hecho: es 20% navegación y 80% gestión de las personas».
2) Preparación. El primer paso es incorporar conocimiento, tanto propio como el de otros que hayan corrido regatas similares. Cada ruta es diferente y consultar la experiencia de otros navegantes es la manera más inteligente de prepararse para los momentos difíciles. Hacer preguntas como «¿cuál es tu mayor aprendizaje sobre la regata?, «¿qué harías diferente si pudieras?», «¿qué cosas hiciste bien?». Repasar cada mínimo detalle es esencial para ganar.
3) Espíritu de equipo. Es probable que no existan otros equipos en los que el conocimiento, la confianza y la coordinación entre sus miembros sea más crítica que en la navegación a vela. Ese espíritu de lucha y de compañerismo debe ser el objetivo cualquier líder empresario.
4) Persistencia. No son pocos los que sostienen que la perseverancia es más valiosa que el talento.
5) Coraje. Mantener la calma y la compostura durante los momentos de adversidad puede ser la diferencia entre la vida y a muerte. Superar las crisis manteniendo la mente fría para tomar decisiones es una de las habilidades más valiosas de cualquier líder, y la navegación es una manera concreta de formar el carácter. No es casual que al líder capaz de «capear el temporal» de los mercados se los conozca como «piloto de tormentas».
La navegación a vela ofrece una serie innumerable de aprendizajes que se pueden aplicar al mundo de la empresa. La habilidad de gestionar lo que está ocurriendo, de liderar el equipo, de dar prioridades y de tomar decisiones rápidas para los eventos de rutina y el estar preparado para las contingencias inesperadas son competencias directamente vinculadas al liderazgo empresarial. Por eso, sería una buena práctica que los CEO y sus equipos aprendieran de los viejos lobos de mar.
Superar las crisis manteniendo la mente fría para tomar decisiones es una de las habilidades más valiosas de cualquier líder