Los 6 principios del discurso ganador que todo directivo debe saber (II)

Fran Carrillo director de La Fábrica de Discursos

Miembro del Talent Great Team

@francarrillog

4. Tu historia hará Historia.

Atrévete a contar historias (personales, verosímiles) y a que el público se sienta identificado con ellas, bien porque suenen cercanas, bien porque suenen creíbles, ya que escuchará más y estará más de acuerdo con tus ideas. Hoy triunfan los buenos contadores de historias (storytelling). Tenemos que buscar un conflicto y a partir de él construir el relato. Que sea sencillo y fácil de transmitir de unos a otros, pues ahí reside la clave de su viralidad y difusión. Cuenta algo que te provoque o haya provocado dolor, risa, sentimiento de culpa, algo perfectamente adaptable al alma y corazón de cualquiera de tus oyentes. Estamos acostumbrados desde pequeños a escuchar historias. Son interesantes, visuales, dejan escapar la imaginación y fomentan una comunicación narrativa potente. En definitiva, son muy poderosas. Pero deben verla (y sentirla). Porque si la ven la contarán.

5. Rompe patrones. Cambia paradigmas. Provoca. Sé extravagante.

Antes de escribir tu discurso piensa cómo quieres que te vean a su conclusión. Como un orador simpático, extrovertido, referente en su campo, cercano, didáctico, entretenido, todo eso a la vez. ¿Cómo? Esa panorámica HD (High Definition) definirá tu intervención. Y si la llenas de estímulos continuos mejor. Que vean algo que nunca antes hayan visto, que escuchen una frase nunca antes construida. Que salgan con la sensación de que debe haber una segunda parte en sus agendas para volver a escucharte. Busca la originalidad, pero aléjate del frikismo. Innova, pero siempre apegado a la creatividad y el talento y no a la improvisación espontánea. Estimula para que te emulen. Y para ello, ayúdate de la simbología comunitaria, es decir, de aquellos referentes, ejemplos, que te vinculan, unen o aproximan a los allí presentes para que te vean cercano, accesible e incluso como uno de los suyos.

6. Los triunfos tácticos hacen ganadora la estrategia.

El triunfo táctico viene cuando dominas cada parte de tu discurso, cuando sabes de memoria la estructura que guiará tus pasos con palabra firme. Ese comienzo electrizante, esa conexión de 20 segundos que hará que empieces a ganarte el respeto de los presentes. El momento justo de introducir la historia, ejemplo o anécdota, el dominio del timing (ahora paro, ahora acelero) mediante la técnica full-stop que suelo aconsejar. Ese final que se acerca y para el cual la gente ya estaba avisada mediante la creación de expectativas previas. Pequeños puntos continuados logran el juego y muchos juegos te permiten ganar el set. En el discurso, es clave equilibrar y controlar el ritmo y voz de las palabras, su entonación y velocidad correctas, su ubicación exacta y su relación con el contexto para el que hablas. Puede haber argumentos buenos, ideas solventes, ejemplos irrefutables que si no controlamos el pentagrama rítmico y melodioso no convenceremos. Es importante que sepamos localizar e identificar la idea importante de cada párrafo, de cada parte de nuestro discurso. Y justo antes de llegar a esa idea o conceptos importantes, la pausa correspondiente, el silencio adecuado. Con ello generaremos lo que denomino tensión comunicativa: crear expectativas con tus mensajes. La gente tiene que percibir que lo que viene a continuación en tu discurso supera lo que ya ha escuchado. El orador debe ser el termostato del discurso: controlando el ritmo para pausar y pautar sus mensajes y regulando la voz para definirlos.

Recuerda: Nunca grites ni hables demasiado alto. Donde no llegan las ideas no debe llegar tu voz porque el tono del mensaje es el espíritu de la idea.

*Lee aquí la primera parte de  «Los 6 principios del discurso ganador que todo directivo debe saber»