Uno de los principales problemas del sistema laboral español es la demostrada ineficacia de sus servicios públicos de empleo en la gestión del talento. Pocas veces consiguen el que debería ser su principal objetivo: hacer que los empleados (y muy especialmente, los de larga duración) puedan reincorporarse lo antes posible al mercado de trabajo. Pero ahora sistemas basados en la tecnología, como el perfilado estadístico, pueden poner fin a esta situación.
Hay múltiples razones por las que el modelo no funciona. Una es el propio funcionamiento de esos servicios públicos de empleo, cuyas “políticas activas” se han visto envueltas en más de una ocasión en escándalos de corrupción. Y otra es su dificultad para reinventarse y hacer las cosas de una forma diferente, aprovechando los avances tecnológicos que ya existen para ello: los sistemas de perfilado estadístico.
Experiencias en otros países
Porque las políticas de empleo de otros países sí funcionan. Y lo hacen porque han sabido introducir nuevas metodologías que son más efectivas a la hora de detectar con un mayor grado de exactitud cómo actualizar las competencias de quienes se quedan sin trabajo, potenciar su empleabilidad y, en última instancia, su reincorporación a la actividad profesional.
Entre esas metodologías que sí funcionan destacan los modelos de perfilado estadístico, muy utilizados en los países anglosajones (EEUU, Australia, Canadá o Reino Unido) y, más recientemente, en Dinamarca, Alemania, Finlandia, Irlanda o Suecia.
Lo que hacen estos sistemas es un diagnóstico individualizado del perfil de empleabilidad de cada persona para, a partir de ahí, desarrollar las acciones necesarias que favorezcan su reincorporación al mercado de trabajo.
Seguimiento individualizado de los parados
Aunque hay diferentes modelos de perfilado estadístico, todos comparten un itinerario similar. El primer paso es recoger el mayor volumen posible de datos del trabajador. Esto abarca desde sus características socioeconómicas (género, edad, nivel de estudios, estado civil…), hasta diferentes aspectos vinculados a su trayectoria profesional (experiencia, tipo de contrato…), pasando por sus habilidades personales (capacidad comunicativa o aspecto).
Todo ese big data incluye la información proporcionada por los propios parados y, también, la que obtienen los servicios públicos de empleo a partir de las entrevistas que realizan sus trabajadores. A partir de esa información, el perfilado estadístico cataloga a los parados por grupos en función de su nivel de empleabilidad y propone intervenciones efectivas para su vuelta al mundo empresarial, como cursos de formación o acompañamiento durante el proceso de búsqueda de trabajo.
Interés de España y la UE
Aunque el perfilado estadístico se utiliza en EEUU desde los años 90, su aterrizaje a España se produjo hace apenas un par de años, cuando el Ministerio de Trabajo liderado entonces por Fátima Báñez encargó a la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) la realización de un prototipo de herramienta de perfilado estadístico para facilitar la empleabilidad de los parados registrados en los Servicios Públicos de Empleo.
Aquel experimento se tradujo en la publicación en 2018 del libro ‘Perfilado estadístico: un método para diseñar políticas activas de empleo’, que contó con la colaboración de la Fundación Ramón Areces. Para el desarrollo de esa propuesta de herramienta, los profesionales de Fedea tuvieron a su disposición un amplio volumen de datos de los parados, que fueron cedidos por la Secretaría de Estado de Empleo.
Pero el interés por el perfilado estadístico no sólo vino del Gobierno español, sino también de la Unión Europea.
La Estrategia Europa 2020 anima a los Estados miembros a mejorar los procesos de asistencia de búsqueda de trabajo
Eso implica centrarse en el seguimiento de los trabajadores y, sobre todo, ofrecerles una orientación individualizada: es decir, tratar a los parados como personas y no cómo un número más.
Andalucía retoma aquella idea
Pero aquel trabajo de Fedea y la Fundación Ramón Areces debió terminar en el fondo de algún cajón, porque nadie se había acordado de él durante el último año y medio… Hasta este mismo mes, cuando el Servicio Andaluz de Empleo ha lanzado una convocatoria para las empresas interesadas en participar en el desarrollo de una herramienta de perfilado estadístico de los parados andaluces.
El propósito de esta iniciativa, tal como se explica en la convocatoria, es desarrollar una tecnología que permita una categorización, previsión y diagnóstico de los desempleados, para reforzar sus capacidades de adaptación e inserción en el mercado de trabajo. El proyecto también incluye la cesión de los datos sobre la población desempleada en poder de las autoridades regionales, con el compromiso de que las compañías interesadas garantizarán su anonimato.
Todavía habrá que esperar algún tiempo para conocer el grado de éxito de esta iniciativa, pero es de agradecer que se lancen iniciativas destinadas a cambiar las prácticas de reinserción laboral existentes en España, cuyo fracaso corroboran las cifras de paro del país. Y también es de aplaudir que los avances en materia de big data y estadística intenten aplicarse en algo tan importante para el progreso de un país como es la empleabilidad de su talento.