Redacción | 7 de noviembre de 2014
Ana Bujaldón, presidenta de FEDEPE, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias, y miembro de diferentes Juntas Directivas en el entorno empresarial y social, es clara defensora del liderazgo femenino. Estará el próximo día 12 en la inauguración del evento de Tiempo de Mujeres en Barcelona.
– ¿Qué barreras cree que existen a día de hoy en el ámbito profesional y el liderazgo femenino? ¿Realmente está cambiando el rol de la mujer o todavía queda mucho por avanzar?
Existen dos tipos de barreras, las externas y las internas. Las externas no sólo son las más difíciles de combatir, sino que originan los bloqueos internos o suelo pegajoso. Hablamos de unos horarios imposibles en la empresa para disponer de una verdadera conciliación con la esfera personal o las que subyacen en la ausencia de mujeres en los procesos de selección. Algo que se puede explicar desde diferentes causas: estereotipos asociados a la mujer, sistema de promoción en códigos masculinos, falta de interés por buscar un perfil femenino en los relevos, exceso de prudencia… Las barreras internas son la reacción de las mujeres ante ese entorno hostil y se traducen, tristemente, en conformismo, renuncia a la ambición de crecimiento, falta de confianza o seguridad en la valía, entre otras.
– ¿Cree que se han dado cambios importantes en los últimos años? ¿Qué otros pasos nos quedan en los próximos?
Es importante destacar la voluntad legisladora desde la UE en los últimos años, que ha producido un efecto cascada en legislaciones nacionales y en códigos de buen gobierno como el presentado en España por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. No son importantes porque hayan apostado concretamente por las llamadas cuotas o equilibrio en el reparto de cargos entre géneros, son importantes porque sitúan en el centro del debate la necesidad y urgencia de afrontar cambios en el paradigma empresarial para que la igualdad en el plano formal se traduzca en una igualdad en la realidad, en lo concreto y medible. Ese será el reto en los próximos años, que las cifras cambien, que se equilibren los porcentajes dónde las mujeres somos minoría en puestos de responsabilidad, que mejore el acceso a la financiación y eliminar la brecha salarial.
– ¿Cree que existe alguna diferencia entre la posición directiva liderada por mujeres en diferencia a la de los hombres?
Creemos que existen diferentes modelos de liderazgo. El liderazgo femenino se basa en unos valores concretos: empatía, valoración de riesgos, priorizar la sostenibilidad sobre el beneficio inmediato, comunicación abierta… este modelo puede ser aplicado por hombres o mujeres, pero lógicamente las mujeres, por contar con unas circunstancias vitales diferentes, lo aplican de una forma más natural.
– Además de carácter y determinación, ¿qué necesita la mujer empresaria para triunfar?
Esfuerzo, constancia, talento, algo de suerte y estar alerta para identificar las oportunidades y saberlas aprovechar. En FEDEPE somos optimistas porque observamos una actitud de autonomía y voluntad de superación femenina que, ante una hostilidad creciente del mercado laboral hacia la mujer (más paro, precariedad, un lentísimo avance del número de mujeres en puestos directivos…) se empodera. Cada vez hay más autónomas y emprendedoras. Buscamos las grietas por donde desarrollarnos profesionalmente.
– ¿Qué piensa acerca del evento Tiempo de Mujeres? ¿Cree que es una buena forma de impulsar el éxito de la mujer en el mundo de la empresa?
Creo que todos los eventos e iniciativas que contribuyen a que las mujeres hablen entre sí, compartan experiencias, construyan propuestas y se reafirmen en su valía son imprescindibles para acabar con las barreras internas a las que antes hacía mención. En esta línea el evento Tiempo de Mujeres es una oportunidad extraordinaria para crear redes de cooperación que impulsen el liderazgo femenino.