Elisabet Golobardes: “Los líderes tendrán la responsabilidad de impulsar que sus equipos sepan leer los datos”

La incorporación de la Inteligencia Artificial a nuestras vidas y la oportunidad que supone para repensar el futuro de las organizaciones ha sido el eje del tercer Desayuno Canal CEO de 2021. La catedrática e investigadora Elisabet Golobardes compartió su conocimiento ante un centenar de directivos en una sesión híbrida (presencial y online) posible gracias al apoyo de Nacex, Number 16 School y La Salle – Universidad Ramón Llul.

Desde que se democratizara la tecnología inteligente a partir de 2012 a través de los smartphones, vivimos en un mundo de datos que, sin duda, va a ir a más. Van a estar en la nube, pero no como un mero repositorio. Los datos van a ayudarnos a interpretar cómo han funcionado las cosas hasta ahora, pero sobre todo para predecir. Y es en esa predicción donde la Inteligencia Artificial juega un papel clave y nos permite potenciales aplicaciones, como es el caso de la temática que sirve de hilo conductor del Desayuno Canal CEO: la salud.

Los datos son oro, son conocimiento, son futuro. Y no habrá progreso si no conseguimos que todos los que estén a nuestro alrededor sepan leer los datos para crear una sociedad mejor.

“La universidad es el puente natural para conectar el conocimiento con el trabajo ante la llegada de la Inteligencia Artificial a las organizaciones.”

IA y Salud

Como apuntaba al inicio Josep Miquel Piqué, Presidente Ejecutivo de La Salle Technova, “los Desayunos Canal CEO nos ofrecen una mirada del work next para transformar las organizaciones en cualquier ámbito”. En este caso, hablamos de salud en un momento crítico para nuestra sociedad donde este sector es un verdadero early adopter. A través de este campo, podremos poner en la práctica desde las posiciones de toma de decisión el llamado cross sectorial innovation, es decir, cómo aplicamos y transportamos la innovación a otros sectores.

Y, en la actualidad, la Inteligencia Artificial está llamando a la puerta de la salud en un momento en el que, como apunta Piqué “nos estamos jugando muchísimas cosas. Sobre todo, nos estamos jugando una nueva oportunidad de repensar la salud desde una óptica de salud personalizada y, sobre todo, predictiva de lo que van a ser nuestras vidas. Y a su vez, desde la manera de dar retroalimentación y ayudar a los médicos y, especialmente, a los pacientes a tomar decisiones individuales que conduzcan a una mejor vida. Pero también, la Inteligencia Artificial le puede permitir al sector sanitario ayudar y a ampliar sus capacidades para tomar los mejores diagnósticos para recomendar y aplicar las mejores terapias a las enfermedades que podamos tener”.

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Los retos de la Inteligencia Artificial

Para la protagonista de esta jornada, Elisabet Golobardes, la mayor disrupción será la alfabetización en la cultura del dato y, como consecuencia, la convivencia con la Inteligencia Artificial. El primer efecto de este cambio de paradigma será que todos deberemos aprender a leer estos datos, pero ¿sobre qué modelo de sociedad? La guerra está servida y dos modelos buscan imponerse.

De un lado, “China quizás propone un modelo de un control absoluto a partir de los datos de las personas, incluido la salud, y esto se puede manejar con un buen o mal fin”, apunta Golobardes. Frente a otro más garantista, liderado por Estados Unidos. En cualquier caso, se abre el debate: ¿queremos vivir en un Gran Hermano? ¿Y cuál es el riesgo de vivir al margen? Principalmente, señala Elisabet “si no queremos que tengan nuestros datos, quizás perdemos la posibilidad de que nos ayuden hasta el límite en salud e Inteligencia Artificial”.

El reto final será la Inteligencia Artificial centrada en la persona. Esta óptica, aclara la catedrática, “no quiere decir individualizar y aislar la persona, sino todo lo contrario. Requiere centrarse en la persona para relacionarnos mejor con los otros”. Pero no podremos avanzar en esta dirección, sin que avance también la tecnología. Y este salto seguramente vendrá con la llegada de la computación cuántica “porque nos permitirá resolver problemas computaciones hacerlos de una manera más fácil, más lineales, tratar más datos al mismo tiempo”.

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Interrogantes éticos de la Inteligencia Artificial

Como miembro de L’Observatori d’Ètica en Intel·ligència Artificial de Catalunya, Elisabet Golobardes sitúa el impacto de la Inteligencia Artificial en 6 grandes ámbitos:

  1. Impacto en la sociedad: cómo puede afectar al mercado laboral, las brechas que puede generar en la sociedad (género, sociales, económicas), qué implicaciones tiene en el derecho a la privacidad, derechos humanos y dignidad de la persona, qué sesgos puede implicar, o, en definitiva, cómo puede afectar a la Democracia
  2. Impacto en la Psicología: por ejemplo, las personas vulnerables pueden confundir la realidad y ficción.
  3. Impacto en el sistema financiero.
  4. Impacto en el sistema legal: cómo van a ser las leyes criminales.
  5. Impacto en el ecosistema y la sostenibilidad.
  6. Impacto en la credibilidad: ¿me está diciendo la verdad un sistema inteligente cuando me habla? ¿Es transparente y trazable? ¿Hasta qué punto tengo control del sistema?

La científica reconoce que uno de los mayores riesgos para nuestra sociedad en la era de la Inteligencia Artificial sea que las leyes sean elaboradas por un único perfil de personas. “Yo creo que tanto las leyes como cualquier tema de IA y Salud o IA y empresa, tenemos que aprender a trabajar equipos multidisciplinares donde haya los tecnólogos, que son los expertos, pero también me atrevería a decir que hubiera antropólogos, usuarios finales, filósofos, economistas, empresarios. Está abierta esta pregunta y se debe trabajar urgentemente”.

“Cualquier sistema inteligente o robot que trate con personas debería ser transparente, inclusivo, ser responsable, ser imparcial, ser confiable y ser seguro y privado”

Inteligencia Artificial y Empresa

Pese a que para muchas organizaciones, sobre todo PYMES existe cierta precaución ante la transformación digital y su evolución hacia una data driven organization. Elisabet se abre con optimismo a este horizonte: “Los directivos ya están acostumbrados a leer datos. Ya leen el balance y a partir de él toman decisiones”. Ahora bien, como señala, los líderes empresariales tendrán una responsabilidad a la hora de impulsar su empresa para que todo el mundo sepa leer los datos. “Quizás se deben implantar estructuras dentro de las empresas, nuevas maneras de trabajar. Va a ser una revolución, pero poco a poco tendrán que ir cambiando. No sustituyendo a las personas como algunos temen, sino readaptándolas”.

Y en este camino, cuentan con el apoyo de universidades que, como La Salle-URL, han creado programas para formar a los ejecutivos en pensamiento estratégico basado en datos. O colaboran estrechamente con las empresa en la puesta en marcha de procesos de innovación cuyos resultados pueden materializarse en apenas unos meses.

Porque como concluye Elisabet, “si usamos la IA adecuadamente para automatizar todo lo aquello que sea automatizable vamos a ser más personas en el momento de ejercer nuestras profesiones”.

“Vamos a dedicarle más tiempo a lo que realmente solo puede hacer una persona que es comprender, empatizar, crear, pensar, dialogar, querer a las personas con las que trabajas. Y esto no pueden hacerlo las máquinas”.