El fracaso: único camino para abrazar el éxito

Laura Martín | 5 de junio de 2015

unque pueda sonar raro y contradictorio Ammy Erret, co-fundadora de Madison Reed prefiere que sus empleados se topen con diferentes fracasos a lo largo de sus trayectorias profesionales antes que tener a trabajadores perfectos en su compañía, según declara en la revista Fortune. Amy considera que la perfección lleva al conformismo y la comodidad, y por eso prefiere que los trabajadores de su empresa tengan que enfrentarse a retos, que aprendan de sus errores y así, lleguen a conseguir pequeños éxitos dentro de su compañía. Pero entonces, ¿por qué se empeña el CEO en tener al empleado perfecto?

Como dijo Truman Capote, «el fracaso es el condimento que da sabor al éxito». No existen logros que no vayan acompañados de fracasos o mejor dicho, que no hayan pasado primero por una etapa de frustración, por ejemplo Thomas Edison, tuvo que realizar más de mil intentos antes de conseguir inventar la bombilla. La mediocridad se encuentra precisamente en desaprovechar las oportunidades que nos brindan los errores, el tirar la toalla y dejar de lado el afán de superación nunca nos llevará al camino del éxito.

[pullquote]Las principales debilidades del líder son de carácter emocional[/pullquote]

«La mayoría de las empresas buscan tener talento preparado, pero esta preparación sólo engloba las necesidades técnicas. Las principales debilidades del líder son de carácter emocional”, afirma John Mattone, líder de una consultora de liderazgo. Por tanto, buscar la perfección de las personas que trabajan en la empresa es un error para el buen funcionamiento y la evolución de la misma. Para retener el talento y fomentarlo es crucial entender que nunca hay que dejar de plantear metas y objetivos superiores, que permitan que la persona esté en constante progreso.

Las críticas son positivas, si uno aprende a afrontarlas al igual. Dicen que si no te equivocas nunca, será que no lo estás intentando, por ello hay que ver el lado positivo de los obstáculos que nos encontramos y aprender a sacarles jugo. Si consideramos nuestros fallos como un aprendizaje, éstos adquirirán un sentido diferente, y seguramente nos ayuden a encaminarnos hacia el camino del éxito. Así, Henry Ford decía que «el fracaso es sólo una oportunidad para empezar de nuevo de forma más inteligente».

Si falla no habrá perdido el tiempo, si no que estará más cerca de conseguirlo. Por tanto, mantener el entusiasmo y las ganas es fundamental. Un alto nivel de persistencia y autoexigencia nos ayudará a mantener esa energía y motivación que se necesita para seguir apuntando alto.

Por ello, criticar, equivocaros, rehacer y volver a empezar de cero. Será el único camino para alcanzar el triunfo.