Por qué el ego es tóxico para liderar

ras la elección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos se ha puesto en solfa que el liderazgo que se busca en el siglo XXI sea el de esas personas integradoras, con capacidad de escucha, empatía… Así lo cree Adam Gale en el Management Today.

El editor de la publicación señala que figuras como la de Trump están construidas sobre una personalidad llena de fuerza, de firmeza, de energía y de enormes promesas. Sin embargo, Gale también detecta otro ingrediente: el ego. Según él, una de las principales debilidades de este tipo de dirección.

Todos necesitamos confianza en nosotros mismos y muchos no saben gestionar demasiado bien su orgullo. Sin embargo, el nuevo presidente estadounidense está en otro nivel. Sólo hace falta observar como muchos de sus negocios o construcciones han heredado su nombre o como se refiere a sí mismo en tercera persona. El ego, según Gale, es tóxico para el liderazgo. Aunque en un momento dado estos perfiles puedan ofrecer resultados espectaculares el final de su camino será negativo.

Ryan Holiday es autor de “El enemigo de la superación es el ego” y señala que no se puede aprender si pensamos que ya conocemos. Ser vanidoso, advierte, no permite que nos hagamos preguntas. En muchas ocasiones el líder arrogante se niega a escuchar advertencias o consejos. Eso conduce a tomar malas decisiones y a rodearse de aduladores.

Otro de los problemas de este perfil de líder es que aunque la gente pueda admirarlo en la distancia, de cerca son mucho menos atractivos. Holiday sugiere que nos imaginemos un líder que no escucha, que no pide perdón o que no admite errores. ¿Quién quiere trabajar para una persona así?

Para evitar caer en sus trampas Holiday recomienda:

1) Buscar la objetividad: Es positivo reflexionar sobre nuestra actividad. Si después de hacerlo no detectamos áreas a mejorar, será bueno preguntarle a una persona más o menos independiente para conseguir información que no esté muy sesgada. Si recibimos críticas en áreas que considerábamos puntos fuertes, debemos verlo como una oportunidad.
2) Practicar la humildad. Es positivo recordar que hay que ser agradecido, alabar el trabajo bien hecho, disculparse si nos hemos equivocado… Eso contribuirá a ser más conscientes de lo que hacemos y a mejorar nuestras relaciones.
3) Aire libre. Salir a la naturaleza nos puede dar algo de perspectiva y poner las cosas en su sitio.