Digital thinking: manual para liderar con éxito la transformación digital

Vivimos en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo. Si queremos sobrevivir en un mundo de cambios acelerados, con falta de predictibilidad, mucha interconexión y un gran potencial de errores, debemos convertirnos en «gaseosos». Guiar a nuestras organizaciones en su transformación digital para que las nuevas tecnologías nos permitan hacer los procesos más eficaces y obtengamos mejores resultados.

Quien describe así nuestro día a día es Lluís Soldevila. Todo un provocador de cambios en personas y organizaciones que expone en su último libro cómo alcanzar el máximo potencial de una organización. Porque, ¿quién no ha oído hablar de transformación digital y el desafío que supone aplicar este cambio cultural en una compañía?

Adiferencia de lo que podía parecer en el pasado, la tecnología no se emplea solo para replicar un servicio ya existente pero en formato digital, sino que su misión implica transformarlo en algo significativamente mejor. Por eso, la digitalización está ayudando a empresarios inteligentes y ejecutivos pioneros a cambiar el orden económico establecido. Sus efectos son ya visibles en dos referentes de esta nueva época: el impacto de Amazon sobre las ventas en el pequeño comercio o el de Facebook en las relaciones.

La ecuación de la actitud

En este camino hacia la digitalización, el autor señala como motor del cambio a la actitud sobre las habilidades personales. “Nos enfrentamos con tecnologías y procesos no siempre triviales: grandes sistemas, tecnologías ágiles, potentes, hiperconectadas, etcétera. Y no siempre se puede confiar en la aptitud para relacionarse con ellas, si lo que se busca es aprovecharlas al máximo en nuestro día a día. Para ello, hay que introducir un nuevo elemento en la ecuación: la actitud”.

«Tu actitud, no tu aptitud, determinará tu altitud»

Al analizar la historia de las grandes startups, podemos ver, apunta Soldevilla, que la actitud ha tenido un papel importante a la hora de llevar a los emprendedores a explorar nuevos terrenos. Su sed de conocimiento ha sido clave para su evolución en un mercado altamente competitivo pero su actitud es lo que ha determinado a los ganadores.

Nuevas herramientas

La realidad digital nos ha llevado a vivir en un mundo complejo, rápido y que nunca se detiene. Es volátil. Y, a más velocidad, menos tiempo tenemos para fijarnos y adaptarnos a lo que hay. Aún más difícil resulta, pues, predecir el impacto de la transformación. «Para enfrentarse a esta incertidumbre, cada día aparecen nuevas herramientas como, por ejemplo, el design thinking o el desarrollo ágil, que pretenden revolucionar la manera en que los líderes crean, refinan y aportan nuevas ideas al mercado en condiciones de alta incertidumbre» señala Soldevilla.

Para él, una de las aportaciones de esta nueva manera de abordar la realidad digital y multisitémica implica contar con equipos potentes, diversos y que abarcan muchas disciplinas. “Antes, todos los informáticos eran informáticos. Ahora, todos los equipos que se dedican a temas de I+D digital incluyen muchos más perfiles: hay filósofos, sociólogos… Esto se debe al gran impacto que la tecnología tiene en nuestra vida».

De lo probable a lo posible

Otra de las cuestiones que aborda hondamente el autor es la ambigüedad y el desequilibrio que produce en los equipos. Las informaciones que llegan, los eventos y sus efectos son menos claros. Sumado a la velocidad y el cúmulo de cosas que interactúan a nuestro alrededor, invita a cometer errores de lectura, a no entender bien los mensajes, generando inseguridad y duda en los equipos.

«Hace falta precisión y dejar de pensar en lo que es probable y centrarnos en lo que es posible»

La solución pasa, según Soldevilla, en pensar en digital, lo que en inglés sería tener digitaL thinking. «Los pensadores digitales miran hacia afuera, pensando en las personas, su relación con el negocio, su relación con los demás, sus compañeros, las interacciones sociales y sus otras necesidades y motivaciones. Cuando se analiza primero desde un punto de vista externo, se abre la oportunidad de que las personas pasen primero».

El líder digital

El pensamiento digital en un líder aumenta la agilidad cognitiva y permite cultivar la empatía. Pero para pasar de mandar sobre las personas a influir sobre ellas, también será necesario que el líder cuente con un propósito. No solo significativo para sí mismo, puesto que habrá muchas posibilidades de que no logre inspirar a la mayoría del equipo. Sino un propósito múltiple que remarque los efectos positivos que tendrá su realización sobre el individuo, el equipo, los clientes y la sociedad en general.

«Formular una visión compartida e inspiradora es necesario para motivar equipos»

Lluís Soldevila es ingeniero superior en Informática por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y diplomado por el IESE-Universidad de Navarra. Ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional como consultor y directivo del Deutsche Bank Group en siete países. Es profesor del Departamento de Operaciones, Data Science e Innovación de ESADE Business School, y colabora con EAE Business School, OBS Business School, La Salle Business School, Universidad de Barcelona, Universidad Politécnica de Cataluña y Toulouse Business School.