La cultura es el pegamento que emociona, ilusiona y une a las personas y, gracias a este vínculo generado, las marcas que apuestan por el patrocinio cultural mejoran en hasta 14 puntos su percepción de marca frente a otras opciones de patrocinio.
Deusto Business School, en Madrid, fue el escenario de conversación entre Antonio Resines y Coté Soler, máximos responsables de YMÁS, para reflexionar sobre el rol esencial de la cultura como nexo de unión con todos los stakeholders. Más allá del concepto de entretenimiento, el Desayuno Canal CEO del día 24 de febrero sirvió como telón de fondo para ver cómo liderazgo y cultura son perfectos aliados para universalizar y envolver de emoción las transformaciones que la sociedad y la empresa hoy demandan.
NACEX, Number 16 School y Eurofirms People first hicieron posible una jornada tan inspiradora, en la que se abrió un espacio a la cultura en la agenda directiva de los más de 30 asistentes.
“El rol de un director (y de un directivo) es crear el caos para expulsar a actores y colaboradores de la zona de confort. Sólo llevándoles a su límite interpretativo (o laboral) podemos poner orden, innovar y desarrollar la creatividad”
¿Qué pueden aportar los actores al mundo de la empresa?
Dos maestros de la escena que proyectaron toda su experiencia y conocimiento en crear momentos fascinantes en el ámbito corporativo. En este sentido, Coté Soler expuso como el mundo artístico tiene la impresión de ser desordenado. Una productora de cine que habitualmente tiene 5 empleados, en un rodaje llega a tener que coordinar hasta 2.000 personas… y funciona como un reloj. “Para la empresa es impresionante ver cómo los equipos son capaces de ilusionar, hay una pasión que se refleja en el resultado final”.
Una reflexión que es apoyada por Resines, quien, matiza “toda la gente que ha participado está implicada en el resultado final, como debe ser en la empresa: cuando funciona todo eso, es cuando se obtienen los resultados”. Por ello, la labor del directivo es esencial: “el rol de un director (y de un directivo) es crear el caos para expulsar a actores y colaboradores de la zona de confort. Sólo llevándoles a su límite interpretativo (o laboral) podemos poner orden, innovar y desarrollar la creatividad”, sintetiza Coté Soler.
Cultura, la llave de la creatividad empresarial
Si hay una palabra que acompañe al mundo artístico es incertidumbre. Esa gestión del cambio es algo sin el cuál no se puede vivir, sino, no daría paso a la creatividad.
Sólo desde la autenticidad hoy podemos atraer talento e inspirar a quienes nos rodean.
En las empresas existen muchos más actores -y durante mucho más tiempo- que en las tablas. El desempleo en la profesión de actor supera el 90%, mientras que en las empresas la actitud de muchos directivos es impostada los 365 días del año creyendo que actuar de determinada manera les pondrá en valor. Sin embargo, matiza Coté Soler, sólo desde la autenticidad hoy podemos atraer talento e inspirar a quienes nos rodean.
¿»Pegamento» entre cliente-empresa?
“La cultura es el pegamento para las empresas, tiene un componente, propiedades mágicas, que ilusionan, emocionan”. Para Coté Soler, se convierte en un excelente argumento para conectar con tu cliente, para generar un diálogo. “Cuando generas un diálogo tienes que contar con tus trabajadores: si les generas un contenido y este es cultural, tienes mucho de qué hablar con ellos”. Pero, más allá de esta conexión ¿qué aporta la cultura a la empresa? Yendo directamente a la cuenta de resultados, los números son explícitos: hace que el cliente te valore, de media, un 14% más.
Aprender del líder
¿Qué puede aportar un actor al liderazgo? El líder, sin duda, ilusiona, motiva, conecta a través del stotytelling, de su forma de comunicar: unas habilidades relacionadas estrechamente al mundo artístico.
El líder debe ligar su estrategia a la retención del talento, sin bien, matiza Soler “está desapareciendo este concepto. Las empresas ahora son marcas empleadoras. Por ello -sintetiza- las organizaciones tienen que ser lugares emocionantes en los que estar y trabajar, generando espacios fascinantes que tus propios empleados recomienden».
“Las organizaciones tienen que ser lugares emocionantes en los que estar y trabajar”