Los directivos son claves no sólo para interpretar, gestionar la realidad que han recibido del pasado y mejorarla, sino, sobre todo, para capturar y desarrollar nuevas oportunidades a través de uno de los mecanismos más efectivos: la resiliencia. Ponemos el foco sobre esta competencia en el cuarto Desayuno Canal CEO a través del expertise de Agustín Peralt en una sesión híbrida, posible gracias al apoyo de Nacex, Number 16 School y La Salle-Universidad Ramón Llul.
¿Somos lo que superamos? En momentos cruciales los verdaderos líderes se revelan gracias a su instinto de supervivencia. Una fuerza mental y emocional capaz de ver luz donde otros han dejado caer sus brazos. Por eso, en un momento como el actual, con situaciones verdaderamente complicadas en la faceta personal y empresarial es hora de reorientar nuestro pensamiento. O, como Agustín Peralt expone: “Acepto lo que tengo delante, asumo mi responsabilidad y sé que la solución va a venir desde mi propia acción y desde mi propio plan de rescate. Y no desde que haya algo externo que solucione esto”.
Porque de eso trata la resiliencia. No es solo resistir detrás de la muralla, aguantando el envite. Ser resiliente implica actuar con voluntad, con un plan trazado en fases, escrito con boli y papel, para llevarnos posiblemente a un lugar mejor. La superación como origen y destino.
“Precisamente en los momentos de prosperidad es cuando las organizaciones tienen que ayudar a que sus equipos desarrollen la resiliencia proactiva”
El positivismo realista
¿Cuántas veces el desánimo ha cundido como la pólvora en una empresa a raíz de un empleado pesimista? Atajar a las personas negativas a través de la empatía, las preguntas y reflexiones conjuntas son también labor del líder. No sólo por el coste que tiene para el propio trabajador, sino por lo que mimetiza el resto del grupo.
Pero, ¿qué hacer cuándo la espiral negativa nace del directivo? “En ocasiones no queremos aceptar la realidad de que nuestro negocio se está agotando y no tiene viabilidad” Entonces, para este experto en productividad para fortalecerse como líderes requiere “asumir la responsabilidad individual, adoptar una actitud optimista realista y dejarse asesorar por quienes ya han pasado por situaciones similares, cosa que pocas veces suele darse”.
En este momento de incertidumbre las empresas vivirán desde las tres R: Reestructuración, Reinvención de nuevos caminos de estrategia y negocio y Resiliencia.
“Las personas que de verdad sean capaces de mantener en el tiempo las energías cuidadas y no caer ni emocional ni físicamente, tienen mucho ganado. Porque como te fallen estas energías, entramos en un círculo vicioso muy peligroso: esto me afecta cognitivamente en un momento donde debo tener las capacidades en máximos por la dificultad del escenario que tengo”, añade Peralt.
El líder efectivo
La importancia del bienestar en el seno de las organizaciones ha hecho emerger un nuevo estilo de dirección, impulsado por los propios consejos y que relaciona Productividad, Liderazgo y Resiliencia. Un liderazgo efectivo cuyo éxito radica en el equilibrio entre la cuenta de explotación y el cuidado de las personas, entre la carrera profesional y la conciliación
Pero entre la teoría a la práctica, aún existen lagunas. Como explica Agustín, “en muchas ocasiones, no se dispone del tiempo necesario para lograr lo que exige el liderazgo efectivo. No sabemos organizarnos ni priorizar y acabamos relegando a las personas en favor de los resultados”.
Para lograr esta productividad directiva, Agustín Peralt ha desarrollado su propia metodología FASE, aplicada ya a más de un centenar de compañías y directivos cuyas líneas maestras son:
- No gestionamos tiempo, gestionamos energías.
- No te falta tiempo, te sobran distracciones.
- Priorizar.
- Gestionar y construir agenda de forma proactiva.
“Las personas que no se organizan bien jamás pueden ser buenos líderes, aunque lo sientan genuinamente”.
Promover la resiliencia preventiva
“Superar la adversidad es un camino personal que conlleva cambios en nuestras creencias, actitudes y comportamientos. Si no cambiamos nada de eso no estaremos entrenando ese músculo que llamamos resiliencia”. Así define Agustín Peralt en su obra “Los 6 pilares de la resiliencia” (Plataforma Editorial) este proceso. Pero, ¿cuándo iniciarlo?
Lejos de lo que sucede habitualmente, acordarnos de Santa Bárbara cuando truena como nos recuerda el refranero. La resiliencia puede entrenarse a diario de forma preventiva para que llegado el momento (que siempre de una forma u otra llega) estemos preparados. Y es precisamente en los momentos de prosperidad cuando las organizaciones a través de su míster deben comenzar a preparar el partido:
- Crear un entorno. Si eres un líder que se ha forjado dándose a los demás, en momentos de adversidad el entorno te arropará si lo has cultivado previamente.
- Tener un propósito vital. Tener una meta hace que en momentos duros tengamos dónde aferrarnos.
- Ser un líder ejemplar y comprometernos a dedicar tiempo a que nuestros equipos se fortalezcan emocionalmente.
- Dejarnos ayudar por expertos internos o externos.
- La obligación de planificar actividades personales entre semana y durante el fin de semana placenteras en alta dirección y empresarios.
“Nunca vas a ser un buen líder si estás desequilibrado emocionalmente”