«No hay cultura de la comunicación porque no hay escucha y transparencia»

Laura Martín | 6 de noviembre de 2014


Fran Carrillo es asesor de comunicación y Director de La Fábrica de Discursos y socio de Government Consulting Group
. Como experto en comunicación política explica la importancia de argumentar las ideas sobre la base de un buen discurso. Para ello, analiza la comunicación de los líderes políticos actuales.

– ¿Qué falla en la forma de comunicarse de los líderes políticos actuales?

Fallan muchos aspectos, entre ellos, pasar de la comunicación activa a la escucha activa. Adaptarse a las nuevas formas de interactuar con el ciudadano-votante requiere entender primero los roles y canales por los que este actúa y se informa. No hay cultura de la comunicación porque no hay cultura de escucha y de transparencia. Hay que trabajar sobre ello y mejorarlo.

– El líder de Podemos, Pablo Iglesias ha destacado por su habilidad oratoria ¿cuáles dirías que son sus puntos fuertes? ¿En qué se diferencia del resto de politólogos?

Su capacidad para imponer un nuevo lenguaje discursivo. Su retórica camaleónica que es capaz de ser radical en ciertos foros y transversal en la mayoría de contextos. Cuando el enemigo es común, la falacia es menos detectable y por tanto más complicada de desmontar. Sus formas pausadas y el dominio del mensaje mediático le ayudan a posicionarse en el imaginario colectivo. Ha hecho del simbolismo una forma de hacer política: su logo a lo Che Guevara, sus referentes políticos, su verbo incendiario, quedan en segundo plano cuando habla de conceptos que la gente quiere escuchar y con los que se siente identificada. Pero si detrás de los mantras no hay relato, todo argumentario acaba muriendo en la orilla de la credibilidad.

– ¿Ha sido el 15-M fundamental para el inicio de una nueva forma de comunicación en la que la participación de los ciudadanos sea mayor?

Ha determinado nuevos canales de aproximación y escucha. El discurso boomerang de Podemos se basa en escuchar primero a la gente, colorear después los mensajes y devolver a la ciudadanía la misma indignación y queja pero envuelta en argumentario comprable. No todo viene del 15M; en Podemos han interpretado bien unas señales de cansancio y hastío, han sabido aglutinar el descontento alrededor de cuatro ideas y han trabajado enfoques catódicos de contraste. Pero no nos engañemos: lo nuevo viene con formas antiguas (los populismos de primera mitad del siglo XX).

– ¿Cree que las nuevas herramientas comunicativas (como el voto a través de móvil, el uso de las redes sociales, y aplicaciones como APPGREE) utilizadas por Podemos serán un referente para el futuro de la comunicación política? ¿Cómo influirá en el “feedback” entre político-ciudadano?

Las redes sociales ayudan, impulsan, posicionan y multiplican el efecto de los canales tradicionales pero no determinan ganar unas elecciones. En mi opinión, la televisión y el cara a cara siguen siendo la mejor vía para ganarse la confianza del votante. Y no habrá nada que supere eso. Pero es evidente que han entendido mejor que nadie el poder alternativo de las aplicaciones y redes como herramientas para el debate y la discusión. Genera más cercanía, más transparencia, más claridad, más sentimiento de pertenencia. Si me haces formar parte de un proyecto, si tienes en cuenta mi opinión, tendré en cuenta mi voto hacia ti. Esa es la idea.

– La directora de comunicación de Pedro Sánchez, Verónica Fumanal ha ideado una nueva estrategia para dar a conocer al nuevo dirigente del PSOE ¿Qué destacarías de la táctica comunicativa que ha llevado a cabo?

Es inteligente y sabe que un candidato desconocido debe primero situarse en la mente de la gente para trabajarle luego la confianza y el crédito. La exposición mediática, cuando tres de cada cuatro españoles se informa a través de la televisión, es fundamental si se quiere influir. Luego vendrán los mensajes a lanzar, los contrastes sobre lo que te diferencia del resto de candidatos, donde posicionas tus fortalezas, etc.

– Detrás de los discursos de políticos hay en ocasiones un gabinete de comunicación, ¿los líderes políticos se dejan llevar a veces en exceso por sus asesores?

Lo importante no es que se deje aconsejar o llevar sino que lo haga con el único objetivo de facilitar información a la gente, que sea transparente y claro con lo que hace y no olvide que representa a un servicio de indudable vocación y pública. El asesor solo es la luz que ilumina la estrella (el candidato y político). Si la ilumina bien y con intensidad, la estrella debería hacer bien su trabajo. Lo contrario es la oscuridad informativa y por tanto, de confianza.

– ¿Cuáles dirías que son las claves para realizar un buen discurso?

Voy a escapar de las recomendaciones de siempre, que se repiten en cada entrevista de manual. Te diré lo que yo trabajo con las personas que quieren hacer un buen discurso público y que desean ser escuchadas, reconocidas e influir con sus palabras:

1) Entender y dominar el contexto en el que se va a pronunciar

2) crear una estructura potente donde las palabras seleccionadas y el orden elegido para disponerlas sea el adecuado, no el aproximado. Cada palabra tiene su lugar, su momento, su tono y su reflexión.

3) transmitir dichas palabras con el ritmo adecuado para que llegue a la velocidad justa al cerebro del oyente y este interprete la idea tal y como desea el orador;

4) dotarle de la música precisa para que esos mensajes bailen al son de una percepción y concepción del determinada, que aproxime los intereses de emisor y receptor.

5) hacerlo compartible, recordable, sostenible. Esto se logra cuando hay un relato creíble detrás y un orador auténtico narrándolo.

 – ¿Cómo afectan los medios de comunicación a los políticos a la hora de crear sus discursos?

Más de lo que pensamos. Los políticos saben que la opinión publicada es fundamental para que su mensaje llegue a la opinión pública. Y desean que llegue con la interpretación que quieren, sin filtros, con el titular que les posiciona, que provoque que se hable de eso en las cafeterías y bares al día siguiente. De los medios de comunicación me interesa su primera palabra: medio (el canal para un fin).

– En comparación con la comunicación política a nivel internacional ¿cómo ve la situación en nuestro país?

Todo es mejorable según el contexto, la campaña y los profesionales que trabajan en ella. En España hay excelentes profesionales que saben, entienden y disfrutan con la comunicación política. Lo que no hay es demasiados políticos que entiendan su valor, que accedan a ser ayudados para que la ciudadanía les conozca más y comprendan mejor. Por ejemplo, ¿por qué en Moncloa no existe una Oficina de Discursos como en los palacios presidenciales de los países más importantes y serios del mundo? Para evitar la descoordinación evidente que cada tema de entidad provoca actualmente en el Gobierno de España. Para que cada discurso tenga su tiempo de maduración y preparación, su portavoz y experto. Para que una crisis no sea el apocalipsis comunicativo es preciso ser un visionario responsable, no un soñador improvisado.

Dicho esto, la comunicación política estará mejor vista por la gente cuando la profesionalización de la misma se base en el respeto a un código ético y deontológico que elimine poco a poco a esos asesores que viven y se nutren de las entrañas de los partidos, que aconsejan y ayudan sin poseer la cualificación y preparación suficientes. No solo es cuestión de confianza, sino también de responsabilidad con la ciudadanía.

Fran Carrillo, asesor de comunicación y Director de La Fábrica de Discursos. Socio de Government Consulting Group.

Twitter: @francarrillog