Cine y liderazgo: por qué los CEOs siempre son los villanos

“Puedo interpretar al CEO de Mattel y ser ese tipo que es insensible, raro”. Con estas declaraciones hacía público el cómico Will Ferrell su participación en la película Barbie, cuyo rodaje está generando mucha expectación.

El film, que girará en torno a la famosa muñeca, además de ser una imagen satírica de una de las marcas icónicas desde los años 50, pone en tela de juicio el patriarcado masculino y la visión de un líder que, lejos de ser carismático, encarna cualidades que lo alejan de ese ideal.

Antes de llegar a la pantalla grande, y cuando tenemos aún en la retina la reciente entrega de los Oscars, esta película es tan sólo un ejemplo de lo que la historia del cine ha recreado, en más de una ocasión, convirtiéndolo en un tema recurrente: ¿por qué los CEOs siempre son los villanos?

La pantalla grande ha representado a los directivos afianzando un arquetipo negativo en el imaginario colectivo, un rol superado con el liderazgo que se ejerce hoy en las organizaciones

La gran pantalla y su proyección de lo que no debe ser un buen líder

Si hay una película que encarna el papel de CEO exigente, que abusa de su poder y se convierte en la peor pesadilla para los empleados de la empresa es, sin duda, “The devil wears Prada”. El papel de CEO de una de las revistas icónicas de moda, protagonizada por Meryl Streep, es todo un compendio de maltrato a sus trabajadores: los insulta e incluso les obliga a hacer recados personales. La pantalla grande ha representado a los directivos afianzando un arquetipo negativo en el imaginario colectivo, un rol superado con el liderazgo que se ejerce hoy en las organizaciones. Nacho Lucea, autor del libro ‘Piensa como un villano y actúa como un héroe’ puntualizaba recientemente en el Desayuno Canal Ceo “Cuando hablo del villano no me refiero a un delincuente. Hago referencia al villano que piensa a través del status quo y quieren cambiar las cosas transformando el mundo a su visión y necesidades»

Sin duda, una reflexión que se puede aplicar de manera muy directa en el mundo del cine y cómo ha reflejado el papel encarnado por algunos de sus protagonistas, concretamente los directivos.

«Si un hombre necesita decir ‘yo soy el rey’ es que no es un auténtico rey”. En estas palabras («Juego de Tronos») se encierra todo un aprendizaje de liderazgo

Y del mundo de la moda, al de los negocios: la famosa frase “La codicia es buena” resume a la perfección el papel del líder interpretado por Michael Douglas en Wall Street. Corrupto y sin escrúpulos, el corredor de bolsa hará cualquier cosa por conseguir su objetivo y mover los hilos en su beneficio. Cualidad que comparte, en este caso, con el líder de “Juego de Tronos”, una serie que nos deja unas pautas claras de lo que no debe hacer un buen líder.

«Si un hombre necesita decir ‘yo soy el rey’ es que no es un auténtico rey”. En estas palabras se encierra todo un aprendizaje de liderazgo. Ante su crueldad, Tywin Lannister, responde de este modo a un malvado Rey de los Siete Reinos. El asesinato y la coacción se habían convertido en un modo de actuar, poniendo encima de la mesa el auténtico valor del jefe: aquél que es respetado y ejerce un liderazgo basado en valores auténticos… y positivos. Sergio de la Calle ha analizado el liderazgo en Juego de Tronos profusamente en Linkedin.

En el film «El buen patrón» el líder encarna cualidades como la falta de ética o incluso el desprecio hacia sus empleados

Paternalismo y falta de ética en “El buen patrón”

En este sentido, el cine español no es una excepción. A pesar del título “El buen patrón”, lo cierto es que el patrón no encarna, ni mucho menos, el paradigma de lo que debe ser un líder. La cinta, del director Fernando León de Aranoa, logró llevarse 6 de las 20 nominaciones de los Goya.  El abuso de poder y el paternalismo son los ejes de actuación de Julián Blanco, al frente de la empresa familiar Básculas Blanco.  Si bien aparentemente se muestra como un jefe comprensivo, en la medida en la que avanza el film salen a la luz las diversas aristas de un personaje, el líder, que se ha forjado en torno a cualidades como la falta de ética e incluso el desprecio hacia algunos de sus empleados.

El cine nos ha dejado grandes iconos que representan las cualidades que convergen en un auténtico líder.  «El Club de los poetas muertos», «Invictus», «La lista de Schindler», son sólo algunos ejemplos

De la gran pantalla a la realidad

Si bien es cierto que la crueldad, falta de empatía o la ausencia de ética han sido el nexo común de estas películas, en las que queda patente el papel de villano de sus protagonistas, el cine nos ha dejado grandes iconos que representan las cualidades que convergen en un auténtico líder«El Club de los poetas muertos», «Invictus», «La lista de Schindler», son sólo algunos ejemplos de cómo la motivación, el carisma y la excelencia empresarial, junto con valores como la empatía y la compasión, mueven a sus líderes a conseguir lo que parecía, a priori, un imposible. Ética, coraje personal o coherencia colocan a sus protagonistas como referencia de liderazgo. En definitiva, el líder, en este caso, el protagonista, se convierte en el mejor ejemplo a seguir.

Unas habilidades que, lejos de la gran pantalla, sustentan el día a día de la excelencia empresarial en su búsqueda de una mayor eficiencia y conocimiento de las necesidades, tanto de los clientes, como de los propios empleados.