«En algún momento de nuestra vida, el estrés crea estados de ansiedad y tensión que, en la mayoría de los casos, no nos permiten tomar decisiones acertadas. Esto hace que sigamos pensando con los viejos hábitos y actuemos, por consiguiente, de forma automática.
El actuar de forma automática –o desde nuestra racionalidad– es como la grabación de un disco que siempre anda dando vueltas para caer en los mismos errores. Pensamientos de negación, miedo, ansiedad, tensión, etc. ¿Lo positivo? Está en nosotros el poder cambiarlo.
¿Qué pasaría si por un día te permites cambiar alguna idea de tu mente?
El «Estado No Ego» tiene que ver con una forma de pensar con claridad. Muchos de nosotros tenemos ciertas filosofías de vida e ideas de cómo son las cosas. Lo maravilloso de todas ellas es que nunca van a ser siempre las correctas, muchas veces nos vamos a equivocar.
Sin embargo, hay situaciones en la vida en que esto nos puede perjudicar, hay momentos en los que no tenemos tranquilidad y empiezan a aflorar en nosotros una serie de emociones tales como el pánico, la angustia, las preocupaciones, los nervios, los cuales, en ciertos contextos, nos pueden afectar y desequilibrar (y de manera considerable).
«Estado No Ego»
Hay un enfoque que nos puede ayudar en momentos en que sentimos una gran tensión en el ejercicio de nuestro liderazgo, y quizás hasta un cierto bloqueo mental. Este enfoque se denomina el «Estado No Ego» y se caracteriza por:
- Ausencia total de nerviosismo.
- Emociones negativas que nos sabotean o cualquier otro estado mental negativo.
- Y, sobre todo, por la capacidad de pensar y percibir con absoluta claridad.
El «Estado No Ego» también es un método de relajación y la forma más habitual de desarrollarlo es la meditación. La forma más sencilla de alcanzar este enfoque es dejar de sentir que los resultados que obtenemos son el reflejo de nosotros como personas, sino que son el reflejo de las teorías, los experimentos, los raciocinios que hemos utilizado. Aquí no hay correlaciones entre nuestro valor personal y nuestro discernimiento porque ese esfuerzo cognitivo, en el fondo, puede ser cambiado cuantas veces queramos y no significa que seamos mejores o peores solo por hacerlo.
¿Racionalidad en exceso?
Es importante comprender que el estrés es un estado del ego, no de nuestras verdaderas emociones. Es un estado que se centra en el uso de nuestra racionalidad en exceso. Y precisamente las respuestas que van a resolver cualquier tema en nuestra vida están más allá de lo racional (sin descartarlo) pero yendo a lo más profundo:
El exceso de racionalidad destruye y crea realidades dolorosas.
Enfermedad, miedos o carencias. Básicamente es un estado de desequilibrio, y nosotros somos razón-emoción y cuerpo como personas. Cuando nos centramos solo en uno de estos aspectos únicamente entramos en un estado que no nos permite fluir de una forma muy coherente y tranquila.
Beneficios del «Estado No Ego»
- Pensar con claridad siendo objetivos cuando nos enfrentamos a nuestros miedos y preocupaciones.
- Mayor flexibilidad mental.
- Percibir los problemas del mundo con precisión y encontrar soluciones de forma natural.
- Impedir que nuestra propia mente juegue en contra y nos boicotee, recordando en esos momentos todo lo que hemos conseguido.
- Evitar tomar como personales situaciones o aspectos que, a veces, pasan de nuestras capacidades; y, sin embargo, en vez de aceptar la realidad, lo racionalizamos todo con el único resultado de hacernos daño, a cambio de pensar que las controlamos».
Fuente: Lorena Rienzi y Alexia de la Morena. Liderazgo Intuitivo: Las neurociencias explican cómo la intuición puede ayudarte a ser la mejor versión del líder que hay en ti (TEMAS, 2017).