20 aniversario: LinkedIn y la humanización del CEO

Linkedin CEO

El sitio online por excelencia de todo profesional que quiera tejer una extensa red de contactos es LinkedIn. A estas alturas, dicha afirmación es una obviedad. También lo es que sin LinkedIn resulta más complicado encontrar trabajo o que, en esta red social, solo seis contactos nos separan, como mucho, de ese líder al que nos gustaría contactar.

LinkedIn cumple hoy 20 años. Lo hace tras superar la barrera de los 900 millones de usuarios en todo el mundo y los 16 millones en España. Todas estas personas saben que LinkedIn se ha convertido en la carta de presentación de cualquier profesional, en una ventana al mundo de los talentos y méritos propios.

Pero, ¿y los perfiles CEO? ¿Necesitan ellos realmente una herramientas que les ayude en la búsqueda de empleo o mejore su reputación? No necesariamente. Pero sí han encontrado en esta plataforma una ocasión perfecta de desprenderse de tres cualidades que les han sido atribuidas casi de forma mecánica por la sociedad: la inaccesibilidad, el hermetismo y cierto clasicismo o rezago respecto al uso personal de las innovaciones tecnológicas.

Lo que un CEO ha podido demostrar gracias a LinkedIn

Una de las grandes dificultades que tiene cualquier líder es la de construir a su propio relato. La falta de tiempo u oportunidad para dirigirse al público a través de los mass media han provocado que sean estos últimos quienes, en muchas ocasiones, hayan construido su perfil, valores y misión a lo largo de los años. Hasta que apareció LinkedIn.

Ahora, el CEO es capaz de esbozar y transmitir su impronta. De mostrar al mundo lo que desea, cómo lo desea y cuándo lo desea desde un punto de vista personal, sin intermediarios que puedan dejar escritos entre líneas sus juicios de valor.

Y es capaz de hacerlo gracias al uso de herramientas digitales que ejemplifican su apertura a las nuevas tecnologías y que le convierten en una persona más comunicativa, cercana y accesible. En definitiva, más humana. En un mundo donde la transparencia y la honestidad son condiciones cada vez mejor y más valoradas, LinkedIn ha supuesto una palanca de cambio en la forma que tienen los y las CEO de relacionarse con la audiencia.

Cuando el objetivo es no caer en las fauces perversas de toda red social

Cierto es que tendemos a pasar poco tiempo en LinkedIn, pero este es muy efectivo. De hecho, se considera un canal eminentemente eficaz para lograr contactos de calidad o encontrar un buen empleo, al menos así lo cree el perfil principal de usuarios, personas que se mueven entre los 25 y los 34 años y con perfiles cualificados.

Dicha ventaja puede seducir a quienes apuestan por las palabras impostadas, es decir, artificiales, fingidas o faltas de naturalidad, en un intento por ganarse a una audiencia fiel y proactiva. Es lo que se denomina boschwasing, un fenómeno al que dedicamos varias líneas el pasado año, y que consiste en fabricarse una marca de liderazgo a golpe de marketing. En otras palabras: lo que se conoce popularmente como postureo, en este caso a través de contenidos centrados en posicionar una marca personal de forma artificial y forzada e incluso a través de formación y experiencia de dudosa credibilidad.

Afortunadamente, las audiencias son cada vez más críticas y efectivas a la hora de destapar este tipo de comportamientos, capaces de acabar con la reputación de un líder en cuestión de segundos, y con ella, de su carrera profesional como CEO.

Finalmente, son los resultados de una buena gestión los únicos capaces de hablar por sí solos. Incluso en una red social.