
Diego Gutiérrez del Pozo
Coach de entrenadores y deportistas de élite
Desde pequeños nos están diciendo que hay que ser exitoso. Nos lo dicen en la escuela, en la universidad, en los medios de comunicación, incluso nuestros padres, aunque quieren nuestra felicidad por encima de todo, nos recuerdan lo importante que es ser un hombre o una mujer de provecho. Con toda esta programación desde la más tierna infancia se nos queda grabada a fuego la importancia del éxito.
Pero el éxito o ser exitoso no es ni bueno ni malo por naturaleza. Lo importante es saber qué es verdaderamente y cómo utilizarlo en nuestras vidas para crecer y mejorar. Voy a tomar ejemplos del deporte ya que es el entorno en el que me muevo. No seré pesado ni reiterativo con las comparaciones entre Mourinho y del Bosque o entre el Barcelona y el Real Madrid.
Para definir qué es el éxito con mayúsculas recordaré lo que decía sobre él John Wooden, que fue uno de los mejores entrenadores de baloncesto de la historia. Entrenó en la Universidad de UCLA durante más de 20 años y con el mejor palmarés de la historia universitaria de los Estados Unidos, Wooden definió el éxito de una forma brillante diciendo que «éxito es el estado de paz mental y serenidad alcanzado como resultado directo de la autosatisfacciónde saber íntimamente que uno ha dado lo mejor de sí, para convertirse en lo mejor que es capaz de llegar a convertirse.
Paz mental, dar lo mejor de uno mismo, convertirse en alguien mejor… Esto no es lo que me enseñaron de pequeño. A mí me explicaron el éxito de otra forma, pero, después de muchos años de convivencia con deportistas y entrenadores de élite, puedo asegurar que Wooden tenía razón. Los mejores CEOs y deportistas siguen la definición de John. Yo no veo a Messi, aunque los periodistas se empeñen, compitiendo contra otros deportistas. Simplemente sale al campo a darlo todo, a divertirse y compite contra él mismo para convertirse en alguien mejor.
[pullquote]Todos hemos tenido la tentación de comparar nuestros resultados con los de los demás, ya sea con los de un compañero o con los de otra empresa o equipo. Esto es un gran peligro en el que nos adentramos en ocasiones.[/pullquote]
Todos hemos tenido la tentación de comparar nuestros resultados con los de los demás, ya sea con los de un compañero o con los de otra empresa o equipo. Esto es un gran peligro en el que nos adentramos en ocasiones.
Para obtener una victoria plena es necesario dejar de compararnos con los demás. Si dejas de compararte con los demás y te alejas de la escala de valores que otros usan, tendrás paz mental. Si haces tus mayores esfuerzos por ser mejor profesional y porque tu empresa crezca y mejore, sin compararla con otras, podrás considerarte exitoso.
Este tipo de competición positiva en la que no hay un adversario sino que compito contra mí mismo y no tengo como única preocupación el resultado, sino que intento dar lo máximo de mí mismo, es el tipo de competición que nos ayuda a mejorar cada vez más y obtener resultados extraordinarios. ¿Eres un CEO exitoso?