Los diez años que cambiaron el ecommerce en España (para siempre)

El pasado 15 de septiembre se cumplió el décimo aniversario de la llegada a España de Amazon a través de su filial Amazon.es. Aunque hoy parece imposible imaginar unas ventas online en las que la compañía de Jeff Bezos no sea la principal protagonista, lo cierto es que el ecommerce español ya existía mucho antes de Amazon, y avanzaba con paso firme y decidido hacia una consolidación que la pandemia del Covid-19 ha terminado de precipitar.

En la actualidad, el ecommerce disfruta en España de una cuota en el mercado de las ventas al por menor del 7,4% (llegó a alcanzar el 10% durante los primeros meses de confinamiento). Factura la friolera de 51.600 millones de euros anuales (y subiendo) y se ha convertido en el primer canal en intención de compra de los españoles, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Muy lejos quedan ya aquellos 127 millones de euros en ventas electrónicas registradas en nuestro país en 2001, cuando un jovencísimo ecommerce todavía no había llegado a la pubertad.

Los pioneros

El nacimiento del comercio electrónico español se había producido seis años antes, en 1995. Y aunque dicen que nadie es profeta en su tierra, lo cierto es que la matrona de ese parto fue una joven empresa de Huesca, Barrabés, que rápidamente se hizo popular por vender en Internet sus productos de alpinismo y montaña. En esa época ya existían nombres internacionales como eBay o Amazon, pero España era todavía un territorio inexplorado para ellos.

Los años 90 y la proliferación de la banda ancha y las conexiones a toda velocidad también facilitaron la rápida expansión de otro de los pioneros del ecommerce español: la versión digital de El Corte Inglés. De hecho, su liderazgo en las ventas online se mantuvo desde su nacimiento en 1997 hasta bien entrado el nuevo milenio, y en la actualidad ese canal supone más del 17% de las ventas globales de la compañía.

A finales de los 90 también vio la luz eDreams, un portal turístico que supo desenvolverse bien en un entorno muy competitivo, con rivales internacionales de la talla de Rumbo o Lastminute.

La verdadera consagración de este nicho de negocio se produjo durante la siguiente década, que fue también cuando los españoles disfrutamos de aquel maravilloso boom de los viajes low cost

Cambio de siglo

A eDreams le acompañaron posteriormente otros nombres made in Spain, como Booking, Destinia o Trivago. Pero no solo el sector turístico exprimía las bondades del comercio online, del que también se se beneficiaron durante la primera década de los 2000 nuevos comercios de toda índole y condición: desde una tienda especializada en productos informáticos como PcComponentes hasta un exitoso club de ventas privadas como Privalia (hoy integrado en la francesa Veepee), pasando por Groupalia, la versión española de la americana Groupon, el portal inmobiliario Idealista (impulsado por el boom de los años del ladrillo) o el gastronómico ElTenedor (adquirido más tarde por TripAdvisor).

En cuanto a las grandes compañías españolas, Inditex decidió seguir el ejemplo de El Corte Inglés y dar también el salto al mundo digital, inaugurando en 2007 su portal Zara Home. Aunque su entrada en el ecommerce se produjo lentamente, la multinacional gallega continuó abriendo sin prisa pero sin pausa nuevos comercios en el canal online, en el que sus ventas crecieron casi un 70% durante los tres primeros meses de 2021.

ecommerce

Amazon, el smartphone y los felices años 10

Aunque fue en 2008 cuando Steve Jobs había presentado al mundo su iPhone, dando el pistoletazo de salida a la era de los smartphones, la penetración de los teléfonos inteligentes en España se produjo durante la década siguiente. Una década especialmente feliz para el comercio electrónico patrio, que dispuso así de una nueva herramienta de venta que los españoles adquirieron masivamente y llevaban permanentemente en sus bolsillos.

Las oportunidades de negocio se multiplicaron de forma exponencial, lo que no desaprovecharon los gigantes del ecommerce mundial. Primero aterrizó en España la china AliExpress, en abril de 2010, y rápidamente siguió sus pasos la estadounidense Amazon, que como decíamos al principio inauguró su filial española un año y medio después, el 15 de septiembre de 2011.

Más ingresos y más actores

Las ventas a través del comercio electrónico pasaron de facturar algo más de 7.000 millones de euros en 2010 a superar los 20.000 millones en 2015, cuando se inauguraron más de 85.000 negocios de ecommerce en nuestro país. Obviamente, a ello contribuyó decisivamente la propia Amazon, un gigantesco escaparate para dar a conocer productos del que a día de hoy se benefician más de 12.000 pymes españolas, de las que aproximadamente la mitad exporta sus productos a un mercado exterior que les proporciona ingresos por valor de más de 650 millones de euros.

El boom del comercio online a través del canal móvil primero, y de las redes sociales después, también ha permitido que España alumbre algunos interesantes casos de éxito en el universo de las start up de ecommerce. Algunos de los casos más destacados son la aplicación móvil Wallapop, reina absoluta actual del floreciente mercado de segunda mano, y Hawkers, una curiosa tienda online de gafas de moda montada por un grupo de colegas y sabiamente popularizada a través de Facebook.

2020 y la eclosión definitiva

Como hemos visto anteriormente, el ecommerce español ya existía mucho antes del coronavirus y su crecimiento era firme y sostenido. Pero lo cierto es que la irrupción del coronavirus ha supuesto un hito en su penetración al otorgarle a las tiendas de comercio electrónico, de golpe y porrazo, millones de nuevos usuarios que hasta entonces se habían mostrado recelosos a comprar un producto sin poder tocarlo previamente o a meter los datos de su tarjeta de crédito en una web o en una aplicación móvil.

De los 48.800 millones de euros ingresados en 2019 se pasó a más de 51.600 millones en 2020, un 5,8% más. No parece un crecimiento exagerado, si no fuera porque se registró tras un año de especiales dificultades económicas para muchos españoles, porque el gasto medio en cada compra online creció de 70 a casi 100 euros y porque el mayor pico de ingresos se registró durante el cuarto trimestre (récord histórico), que es cuando los españoles ya habían escapado del confinamiento estricto.

Las compras online fueron una solución de urgencia, pero se han consolidado definitivamente. Así lo corroboran varios datos: que las previsiones apuntan a un crecimiento del ecommerce español del 25% en 2021, que los expertos vaticinan que durante los próximos años explotarán definitivamente las ventas a través de las redes sociales (con un crecimiento interanual sostenido del 30% hastas 2027), y que el ecommerce ya no es coto privado de vuelos baratos o de tornillos made in China, pues las prendas de ropa (aquellas que todos queríamos probarnos antes de comprarlas) son hoy los productos más vendidos por las tiendas electrónicas que operan en España.