Los 10 hábitos que construyen a la gente extraordinaria

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¿Cómo aprender a mantener la excelencia? La receta no es sencilla, pero Xesco Espar, antiguo técnico del FC Barcelona de Balonmano, nos revela en una original historia las claves. Según su obra «La libreta» mantener 10 hábitos presentes en los deportistas de alto rendimiento, nos hace una persona extraordinaria. ¿Te atreves a intentarlo?

Tanto en la vida como en el deporte de élite, los hábitos tienen un gran poder sobre nosotros. Cambiar y alcanzar la excelencia, es cuestión de energía, pero materializar esta transformación y estar día a día a pleno rendimiento es cuestión de hábitos. Así lo ha comprobado Xesco Espar a lo largo de su dilatada trayectoria como entrenador de balonmano del Barça, uno de los clubes más importantes del mundo en esta disciplina. Esta es la base del relato sobre Pol, una joven promesa del fútbol internacional,  que está pasando por horas bajas.

A través de sus diálogos con el capitán del equipo los cambios necesarios en su mentalidad para convertirse en un deportista campeón. El protagonista anota en una libreta roja todos los aprendizajes que extrae de los intercambios con su mentor. La lectura y la reflexión constantes de esta libreta harán que Pol desarrolle los diez hábitos que crean a las personas extraordinarias.

No es tu talento ni tu motivación, que ya los tienes. Lo único que se interpone entre tu vida y el futuro que quieres son tus hábitos.

Las lecciones del deporte para ser un líder extraordinario

La libreta no es sólo una obra para deportistas, sino que se trata de un relato que recoge en sí mismo tres libros aplicables a nuestro entorno personal y laboral. En palabras de Xesco Espar: «En el primero relata un año en la vida de un equipo. Sus diálogos, los problemas que tienen y cómo los solucionan hasta conseguir un equipo campeón. Hay un segundo libro que es la aplicación de los diálogos y las soluciones a la vida real. Hay un tercer libro que no está escrito, que es el que escribe el lector cuando hace suyas las vivencias del equipo y entiende cómo tiene que aplicarlo en su vida. Este es el mejor libro».

«La excelencia es el hábito de no conformarse con la mediocridad, con lo normal. Es querer dar el cien por cien en cada intento. Es querer empujar tu límite hacia arriba para transformar tus capacidades»

xesco espar

Pero, ¿cómo construimos dichos hábitos?

Dicen que para generar un hábito basta únicamente con fuerza de voluntad. Pero para Espar, con esta afirmación sólo nos quedaríamos a mitad de camino.

Como líderes, debemos actuar a imagen de auténticos deportistas de alto rendimiento. Su éxito radica en que estos profesionales siempre juegan el partido dos veces: una en el campo de entrenamiento y otra en su mente. Esto se debe a que la atención del deportista profesional durante un partido está dividida en dos partes. La primera, la lectura del juego para saber lo que hay que hacer y otra, recordar las estrategias pactadas en el vestuario.

Lo mismo sucede a la hora de establecer buenos hábitos empresariales. Debe existir como premisa un diálogo constante sobre cómo vamos a «jugar» y el análisis del entorno para saber cuándo aplicar las tácticas de negocio. Porque si no se ha trabajado previamente el análisis y mecanizado cada tarea, es imposible después anticiparse a los reveses del mercado o detectar oportunidades. Solo podremos obrar de manera reactiva y, sin llevar la iniciativa, nunca lograremos alcanzar la excelencia.

El decálogo de la excelencia

Por eso, mantener en el tiempo el éxito es una cuestión de hábitos más que de motivación. A la larga se va desgastando, así que es mucho más inteligente trabajar sobre ellos. Elevar nuestras rutinas a buenos hábitos empresariales es lo que nos garantizará un óptimo aprovechamiento de nuestros talentos la mayor parte de la jornada.

Junto a la capacidad para anticiparse, otras de las claves a cultivar para ser líderes extraordinarios serían:

  • Establecer una meta.
  • Mantener la disciplina.
  • El compromiso.
  • Ser ambicioso, es decir, superarse a sí mismo cada día.
  • Tener coraje y valentía.
  • Saber recuperarte de los fracasos. «El problema no es equivocarte, sino no preguntarte por qué. El problema no es el error, sino no querer darte cuenta. Lo grave es que el fallo te paralice o, lo que es peor, que el miedo a fallar te lleve a dejar de intentarlo»
  • Ser buena persona y demostrarlo: «La bondad es un camino poco transitado, porque los resultados no llegan a corto plazo. Requiere paciencia y resiliencia. Primero debemos transformar nuestro interior para después manifestarlo en el exterior. Querer ser buena persona no es suficiente. Nuestros actos tienen que demostrarlo».
  • Vivir el momento.
  • Contribuir a la excelencia del equipo.

«Ser ambicioso no es querer ser mejor que los demás, sino ser mejor yo mismo cada día. Significa superar, cada día, el día anterior. Ahora veo que, en la vida, podemos tener lo que queramos si estamos dispuestos a pagar un único precio: crecer. Y yo estoy dispuesto a pagarlo»