Liderar sin fronteras: el reto humanista de conectar culturas en un mundo global

por | Jul 21, 2025

Ante un escenario económico cada vez más interconectado, la capacidad de un CEO para liderar equipos, alianzas e inversiones que cruzan fronteras culturales ya no es una opción estratégica: es una competencia esencial. El reciente lanzamiento de Tamwuil Capital, el primer vehículo de financiación de circulante 100% conforme a la ley islámica, es un ejemplo inspirador de cómo el liderazgo humanista puede traducirse en un modelo de negocio ético, ágil y verdaderamente global.

Esta iniciativa, impulsada por Baghdadi Capital, conecta capital árabe con oportunidades empresariales en Europa y América, respetando los principios de la sharía. Con una inversión inicial de 25 millones de euros y el objetivo de alcanzar los 500 millones en dos años, el fondo ofrece una alternativa a la banca tradicional para medianas empresas con gran potencial de crecimiento. Pero más allá de los números, el valor de este proyecto radica en su capacidad para integrar la diversidad cultural, religiosa y económica en una propuesta de valor coherente y ética.

“El liderazgo global no consiste en imponer una visión, sino en escuchar, aprender y construir puentes entre mundos diferentes”, Ernest Gundling, The 3D Leader

El liderazgo que escucha antes de actuar

“Liderar en entornos multiculturales exige humildad estratégica y una visión que anteponga el respeto por los valores del otro a la lógica del beneficio inmediato”, señala Fons Trompenaars, experto en liderazgo intercultural y autor de Riding the Waves of Culture.

Trompenaars, cuyas investigaciones han sido citadas por el World Economic Forum, identifica como clave del liderazgo global la capacidad de reconciliar dilemas culturales. En el caso del vehículo lanzado por Tamwuil, el dilema entre los principios financieros occidentales —basados en el interés y el apalancamiento— y los valores islámicos —que prohíben la usura (riba) y exigen equidad en el riesgo— se resuelve desde la innovación ética.

No se trata solo de adaptar un producto, sino de liderar desde el entendimiento profundo de las motivaciones culturales y espirituales de cada parte implicada. Y eso requiere algo más que experiencia financiera: requiere conciencia, sensibilidad y propósito.

Cuando el capital también tiene valores

Según el informe Islamic Finance Outlook 2024 del Islamic Development Bank (IsDB), los activos financieros bajo principios islámicos superan los 3,25 billones de dólares a nivel mundial, con tasas de crecimiento anual superiores al 10%.

“El reto no es atraer este capital, sino entender que no busca únicamente rentabilidad, sino también coherencia moral y conexión con la economía real”, explica Baihas Baghdadi, fundador de Baghdadi Capital.

Esto implica que el CEO global debe actuar como traductor cultural, capaz de navegar diferentes códigos éticos, construir confianza entre mundos diversos y diseñar soluciones que integren perspectivas aparentemente opuestas. En palabras de Baghdadi: “No llamamos cliente a una empresa, la llamamos socio. No solo invertimos en un negocio: invertimos en una forma compartida de ver la economía y la vida”.

Humanismo, agilidad y ética en la ejecución

Tamwuil Capital fondea operaciones en 48 horas. Sin embargo, lo que verdaderamente llama la atención no es la rapidez, sino la forma en la que el proceso está diseñado: directo, sin burocracia, basado en la confianza y el contacto humano. “Uno de los miembros del comité de riesgos siempre habla personalmente con el empresario. No hay distancia entre el análisis financiero y la realidad del negocio”, afirma Baghdadi.

Esta proximidad no es anecdótica: es parte de una visión humanista del liderazgo, en la que la relación precede a la transacción. Una filosofía coherente con los valores del islam financiero, donde el beneficio debe nacer del intercambio justo y la colaboración activa.

Como recuerda el Harvard Business Review, las compañías con una alta diversidad cultural en sus equipos directivos tienen un 33% más de probabilidad de obtener rendimientos superiores a la media de su sector (HBR, “Why Diverse Teams Are Smarter”). Pero la diversidad no se improvisa: requiere liderazgo consciente, procesos inclusivos y escucha activa.

Tamwuil Capital apuesta por esa diversidad no solo como un valor ético, sino como estrategia empresarial. Con un comité de inversión formado por perfiles internacionales y un enfoque que cruza fronteras financieras y culturales, el fondo se posiciona en los principales corredores de comercio global: Asia, América y Europa.

Así, en tiempos de automatización y algoritmos, el liderazgo del futuro exige más brújula que GPS. Más criterio, ética y propósito que instrucciones cerradas. La iniciativa de Tamwuil Capital demuestra que es posible innovar sin renunciar a los valores, crecer sin dejar de escuchar y conectar sin colonizar.

Tal y como apunta el experto en cultura y liderazgo Erin Meyer, autora de The Culture Map: “Los mejores líderes globales no buscan imponer su cultura, sino crear un espacio común donde todas las voces puedan aportar”. Y en ese espacio, el liderazgo humanista tiene la última palabra.

Elena Carrascosa Vela
Elena Carrascosa Vela

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