Mantener la motivación en tiempos del coronavirus no es tarea fácil. En muchos casos, aquellos que Herzberg llamaba “factores de higiene” (aquellos que si faltan provocan mucha insatisfacción pero tienen poco peso en la satisfacción a largo plazo) han volado por los aires: las relaciones entre compañeros son temporalmente inexistentes y la seguridad laboral se ha desplomado a la misma velocidad que las bolsas de medio mundo.
Por otro lado, uno de los factores que más ayuda a la hora de trabajar y mantener un ritmo exigente es tenerlo incorporado como hábito, como rutina regular. Este también ha sufrido un gran varapalo ya que ahora hay que crear nuevas rutinas, sin deporte, con toda la familia.
Por todo ello, se hace más necesario que nunca que los líderes dediquen un tiempo a motivar a los miembros de sus equipos y de esta forma aprovechar una situación adversa para salir reforzados y afianzar el sentimiento de pertenencia de los equipos.
Si tienes un problema que no sabes resolver, abre una conversación y de esa conversación surgirán nuevas realidades
Afianza tu liderazgo a distancia
Es el momento de ejercer el liderazgo y motivar a los equipos. Algunas de las actuaciones que se pueden realizar para conseguir esos objetivos son:
- Priorizar la relación. Dedicar unos momentos a hablar para entender cómo esa persona está viviendo la situación. En la motivación juega un papel fundamental el discurso interno, el lenguaje que utilizamos para hablarnos a nosotros mismos, provocar que el colaborador nos haga partícipe de éste y de las dificultades que está encontrando.
- Identificar las posibles resistencias a las que se esté enfrentando el trabajador. En la mayoría de los casos pueden reducirse a tres grandes categorías:
- Resistencia a la obligatoriedad. “Tengo que hacerlo” en vez de «he elegido hacerlo».
- Conflicto con las creencias “no creo en ello”.
- Falta de competencias, “no puedo”.
- Dividir la tarea en pequeños tramos de forma que puedan sentirse motivados al ir alcanzando los diferentes logros y compartirlos en grupo. En esto ayuda mucho todo el software de trabajo colaborativo que actualmente se utiliza.
- Mantener en la medida de lo posible reuniones online en grupo, eso sí muy breves, y dedicar un minutos a que cada uno comparta como se siente, ayuda a sentirse acompañado, a seguir entendiendo como aporta el trabajo individual al resto del grupo.
El poder de la palabra

Personalmente, pienso que el lenguaje en las relaciones humanas es la clave. Como dice Rafael Echevarría «el lenguaje, por medio de las conversaciones genera posibilidades, crea futuro. Si tienes un problema que no sabes resolver, abre una conversación y de esa conversación surgirán nuevas realidades». Así que todos los esfuerzos deben ir dirigidos a seguir manteniendo un contacto estrecho entre los diferentes miembros del equipo.
Para terminar recordemos que la motivación tiene mucho que ver con lo que elegimos, y este es un buen momento para validar si seguimos comprometidos con aquello que elegimos o hay que reformularlo. También para identificar cuáles son nuestras resistencias y trabajarlas.
Y en definitiva para replantearnos nuestros objetivos. Para ello sólo hay que responder a una pregunta: ¿lo que estás haciendo hoy te llevará a donde quieres estar mañana?
Susana Jiménez Choclán | Agile Coach y Experta en Coaching Integral. www.coach2grow.es