A menudo se especula acerca de los sentimientos y las manías de los CEO. Algunos dicen que las actitudes del CEO son difíciles de entender sin experimentar las vicisitudes por las que pasan. Otros piensan que sus reacciones atienden a la necesidad de distinguirse… pero lo que de todos es conocido es que el sentimiento creativo va indefectiblemente unido a un entorno diferente. En las agencias de publicidad el equipo creativo solía tener unas licencias de las que no gozaba el resto del equipo. Y para muestra un botón… el Ceo de la multinacional Nike, Mark Parker, debe ser un todo en uno: consejero delegado y mente creativa donde las haya, o al menos eso revelan las imágenes de su despacho.
En una colaboración con la revista Whitewall, el fotógrafo Steve Benisty tuvo la oportunidad de fotografiar la oficina de Mark Parker, CEO de Nike, que tiene cientos de objetos, no sólo zapatillas, que son para él sus joyas ocultas en el Nike campus de Beaverton, OR. Esta mirada al interior del despacho de Mark Parker, da una idea de la historia de Nike a través de sus recuerdos. La oficina de Parker está repleta de una colección de arte frenética y los zapatos que manifiestan todas las diversas influencias de la marca. Muestras inéditas, materiales de promoción, y modelos clásicos que se encuentran en los distintos rincones de la sala junto a las esculturas y restos de la historia de Nike. No es casualidad que sea apodado por la revista Time, “el CEO más creativo del mundo”.
Sentimiento creativo y actitud obsesiva
Mark Parker, el presidente ejecutivo de Nike, congrega a atletas de elite, artistas famosos y sus propios diseños para impulsar un negocio con una facturación anual de 19.000 millones dólares. “Nuestra oficina habla por nosotros y nos señala acusando nuestra forma de ser. La fantasía y la creatividad exuberante se vuelcan sin orden en los muebles que nos rodean y es así como recibimos a las visitas”, dice el propio Parker. “Al ser diseñador”, comenta, “muchas de las personas que frecuento son creativas. Me gusta la excentricidad, que me sorprendan”. Y agrega que, ya sean artistas o deportistas, le atrae la gente “intensa, incluso obsesiva. La irreverencia me inspira”. Y no, no controla el precio de las acciones de Nike todos los días, no se inquieta por los informes trimestrales de la situación financiera de la empresa, ni trata de manipular el ciclo de noticias, sean cuales fueren los líos en que se hayan metido sus obsesivos deportistas.
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Y es que la actitud obsesiva es una constante en la vida de Parker. En la adolescencia, cuando corría maratones, modificaba constantemente sus zapatillas en busca de un mejor rendimiento. Ahora, los diseños están tan incorporados al éxito de la empresa que ya ha perdido la cuenta de la cantidad de patentes que tiene registradas.
Detrás del cristal de las vitrinas de su despacho, una jungla de colores observa expectante, mientras el rock vibra en nuestra espalda y los robots y zombies compiten por ganar la repisa. La presencia de estos objetos de colección, más que referencias conceptuales, parece que se refirieran a su propia personalidad. En ocasiones el alma elige objetos materiales para darle forma a ciertos sentimientos, que se materializan pero que conservan un valor único, determinado por el usuario, un significado esencial que sólo conoce su dueño: Hendrix, Richards, un Mac, y cientos de pares y accesorios intervenidos.
Tanto o más importante que su rol en una de las empresas más grandes de la historia y líder absoluta en el mercado, parece que fuera su capacidad creativa, el sentimiento de creación. Mark Parkers, Director de Nike, abre las puertas de su despacho y muestra eso que hay en las oficinas que, en muchos casos, es determinante: todo lo que sea necesario para que fluya la inspiración para triunfar en el mundo de los negocios.
Y debe ser así cuando blogueros, como Rafael Mayo y webs de todo el mundo como www.fubiz.net se han hecho eco de esto.
