¿Qué sucede cuando el liderazgo se mide en trimestres? “Como si de la serie Juego de Tronos se tratase, sus cabezas ruedan por los mercados bursátiles sin piedad”, escribe el Senior Partner at Parangon Partners y LinkedIn Top Voice Antonio Núñez Martín en relación a la rotación en la alta dirección, que “ha alcanzado cifras récord en 2024, impulsada por inversores activistas, cambios tecnológicos y una creciente presión sobre los resultados a corto plazo”. De esta última, de hecho, hablamos hace poco en relación al FOMO que cunde entre el accionariado y que ha supuesto el reemplazo de numerosos líderes a nivel internacional.
Y es que, según Núñez Martín, el pasado año se registraron 202 relevos en las mayores empresas cotizadas del mundo, lo que supone un 9% más que en 2023, con el sector tecnológico a la cabeza. La presión a los directivos y directivas está servida, tal y como destaca este experto en planes de sucesión y buen gobierno en favor de la sostenibilidad y la competitividad empresarial.
Porque la IA también está detrás de este aumento en la rotación de los CEO. “La IA reemplazará literalmente a la mitad de todos los trabajadores de oficina”, sentenciaba el CEO de Ford, Jim Farley, hace escasos días. Parece ser que también a buena parte de sus responsables.
Aún parece muy lejano el horizonte en que una IA pueda sustituir a un perfil CEO, pero no el que propicia el reemplazo de este por no aprovechar la disrupción tecnológica tanto como debería, al menos en opinión de inversores, juntas directivas, accionariado, etc. Y es que la estrategia corporativa en IA se ha convertido en un factor determinante para el desarrollo empresarial.
No en vano, los CEO temen que su falta de conocimiento al respecto suponga un hándicap importante, tanto para las empresas como para su proyección. Y hace poco leíamos en los medios que el liderazgo del CEO de Apple, Tim Cook, estaba en entredicho, en parte por la estrategia adoptada en torno a la IA.
Los motivos de peso para la salida de un CEO
“Forzar la sucesión de un alto directivo tiene que venir avalada por motivos de peso ya que tiene un coste económico, operati-vo y emocional importante”, señalan Núñez y Luis Huete, profesor de IESE Business School, en un trabajo conjunto que aborda las claves para el desarrollo existoso de un plan de sucesión, y del que se desprende datos interesantes. Por ejemplo, que entre los motivos de peso para la salida de un CEO cobran relevancia, en la actualidad y en este orden:
- La proximidad a la fecha de retiro pactada de antemano (52,4 %).
- Los cambios en la industria y en el ciclo de vida de la empresa que resulten en disfuncionalidades internas no bien gestionadas.
- La mala ejecución de la estrategia.
- El deterioro en las relaciones con stakeholders clave como accionistas, empleados, clientes, opinión pública, reguladores o proveedores.
- Un desempeño financiero insatisfactorio.
- Un evidente conflicto de intereses personales.
- Un comportamiento personal que traspase las líneas rojas de la ética.
Respecto a los objetivos que se espera obtener con la sustitución de un CEO, destacan:
- La renovación estratégica (77,1 %).
- Mejora de la cultura de la empresa (54,9 %)
- Impulso a la innovación con la adopción de nuevas tecnologías (45,8%).
- Mejora en el desempeño de la organización.
- La asunción de nuevos riesgos.
- La entrada a nuevos mercados.
- La mejora de la reputación y confianza de la empresa tanto interna como externamente.
Lo cierto es que con la IA acelerando el ritmo de las cosas, muchos CEO ven peligrar sus puestos. Quizás, el impulso a la innovación escale hasta el tercer puesto en la lista de objetivos que se esperan para sustituir a un líder empresarial. Y este último solo pueda serlo si sabe formarse al respecto y generar una cultura corporativa en torno al uso de esta tecnología.
