En nuestro trabajo, en nuestros hobbies o hasta en un juego con amigos. Cada vez es más necesario aportar soluciones novedosas, ser innovadores con respuestas poco usuales a los problemas que surgen. Por eso cada día la creatividad tiene más valor.
Esta capacidad se puede mejorar, pero antes de ver cómo repasamos exactamente qué entendemos por creatividad. Según el investigador escocés Donal M. MacKinnon es un proceso que se desarrolla en el tiempo y que se caracteriza por la originalidad, el espíritu de adaptación y el cuidado de la realización concreta. Ese proceso, dice, puede ser breve, pero puede durar años, como los que necesitó Darwin para la teoría de la evolución.
A continuación, repasamos 5 aspectos clave para fomentar el pensamiento creativo durante este verano:
Sal de “lo de siempre”
Alejarnos de nuestras rutinas y costumbres fomentará nuevas respuestas en nosotros. Es más difícil lograr enfoques poco convencionales si seguimos moviéndonos en el mismo entorno y de la misma manera.
Según José Antonio Marina, la tradición nos mata porque nos ancla al pasado en vez de ser trampolín para el futuro.
La zona de confort es un estado mental en el que nos movemos con soltura pero que no nos permite un crecimiento. Sin embargo, si nos retamos y nos atrevemos a descubrir nuevos estímulos seremos más creativos. Una investigación, llevada a cabo en 2012 por la Applied Cognitive Psychology, evidenció que los estudiantes que pasaban medio año lejos de su país lograban mejores puntuaciones en pruebas de creatividad que aquellos que no se habían ido de casa.
Camina sin atajos
Sir Michael Atiyah, un prestigioso matemático, habla de la creatividad como un camino largo. En una entrevista en el diario La Vanguardia explicaba que “el camino más corto para crear es un largo rodeo”. Según este experto lo óptimo es “trabajar mucho primero y divertirse mucho después”. Para eso hay que lograr un buen ambiente de trabajo ya que “las grandes ideas llegarán cuando estés relajado. Ni antes ni después te fuerces a conseguir nada por obligación: hazlo todo por ilusión y los problemas más difíciles se convertirán en divertidos juegos. Esfuérzate, pero no te fuerces ni te estreses ni te dejes presionar, la creatividad siempre llega del brazo de la libertad”. Si quisiéramos resumirlo en una frase podríamos decir que “crear no es tanto focalizarse como abrir foco”.
Pierde el miedo a equivocarte:
El famoso publicista Lluis Basat, creador de grandes campañas publicitarias y autor del Libro Rojo de la Publicidad, señala cuatro frenos claros para la creatividad. Son los siguientes:
- El conformismo
- La apatía
- La ignorancia
- El miedo a equivocarse
Y en esta última queremos incidir. Según Bassat la creatividad no pretende hacer lo de siempre para obtener los resultados de siempre. Tenemos que perder el miedo al error y tratar de innovar para conseguir mejores resultados.
Aviva tu curiosidad:
Richard Gerver en el libro “El Cambio” aconseja hacernos constantemente en los procesos en los que estamos inmersos hacernos preguntas. Incluso aquellas que se haría un niño. Determina que es positivo cuestionarnos de forma regular, y cuanto más abstracta, mejor. También advierte que debemos alimentar y desarrollar nuestra curiosidad personal y también la de los demás para crear una mentalidad transformacional.
Desconecta para conectar:
Como hemos visto anteriormente los grandes hallazgos nos llegarán cuando estemos relajados. Así lo retrata la famosa historia de Arquímedes y su momento “eureka” que llegó mientras se daba un baño. Esto tiene que ver porque al relajarnos se activa nuestro hemisferio derecho, el más creativo de los dos, y eso nos ayuda a enfocar los problemas de una manera diferente y no tan analítica. Las ondas alfa, aquellas que nos permiten aportar soluciones menos convencionales, se activan en estados de reposo y relajación.
Por eso es importante saber bajar el ritmo y no confiarnos a estilos de vida marcados por las distracciones constantes, la multitarea y el estrés.