La inteligencia artificial revoluciona el liderazgo: nace una nueva generación de CEO formados con tecnología inmersiva

por | Ago 4, 2025

¿Y si el mejor mentor para el nuevo CEO no fuera humano, sino un algoritmo que aprende de sus emociones? En lugar de libros, una simulación; en lugar de una sala de formación, un entorno inmersivo que ajusta su dificultad según el ritmo cardíaco del líder. No es ciencia ficción: es lo que está desarrollando el Instituto Human-Tech de la Universitat Politècnica de València (UPV), y ya está transformando la forma en que se entrena el liderazgo.

El Instituto Universitario de Investigación en Tecnología Centrada en el Ser Humano (Human-Tech) ha puesto en marcha un modelo de formación pionero que convierte la inteligencia artificial (IA) en una mentora emocional. A través de simulaciones realistas y sensores biométricos, los altos directivos pueden enfrentarse a escenarios de presión, practicar estrategias de comunicación y recibir retroalimentación adaptada en tiempo real por algoritmos que aprenden de cada gesto, mirada o decisión.

“La IA se postula como la palanca capaz de convertir el océano de datos en inteligencia procesable y un mentor personalizado que fortalece tanto las competencias técnicas como las humanas del líder moderno”, explica Mariano Alcañiz, director de Human-Tech y catedrático de Ingeniería Biomédica en la UPV.

Un gimnasio emocional para líderes con propósito

Las herramientas desarrolladas por Human-Tech permiten entrenar competencias críticas como la empatía, la autorregulación emocional, la toma de decisiones bajo incertidumbre o la resiliencia. Todo lo que un líder necesita cuando no hay respuestas fáciles.

“Liderar hoy exige equilibrar hard skills con soft skills. Inteligencia emocional, comunicación persuasiva, pensamiento crítico, ética y capacidad de inspirar son imprescindibles para transformar datos en acción colectiva”, destaca Alcañiz.

Los escenarios virtuales incorporan sensores que miden frecuencia cardíaca, voz, pupilas y respuesta galvánica. El sistema ajusta los estímulos según la reacción del participante y genera un informe para su análisis junto al formador. Es un aprendizaje activo y medible, con impacto cerebral real: la neurociencia demuestra que este tipo de experiencias inmersivas fortalecen los circuitos responsables de la toma de decisiones éticas y la regulación afectiva.

Resultados que se traducen en impacto

Más de 500 directivos en España y Europa han pasado por este tipo de entrenamientos. ¿El resultado? Hasta un 40% más de retención de los contenidos clave frente a formaciones tradicionales, mejoras medibles en regulación emocional y una reducción del 12% en la rotación del talento, según los primeros pilotos liderados por Human-Tech.

El impacto también se refleja en la cultura: mayor implicación de los equipos, entornos más colaborativos y una aceleración tangible de los procesos de innovación interna. La formación inmersiva deja de ser un “extra” y pasa a ser una inversión estratégica en capital humano.

Ética, regulación y visión a largo plazo

Uno de los pilares del enfoque de Human-Tech es la ética aplicada: todos los datos biométricos se tratan con consentimiento informado, seudonimización, cifrado y auditorías algorítmicas. Un compromiso alineado con la nueva regulación europea de IA, que impulsa la confianza y la transparencia como base del desarrollo tecnológico.

“El cumplimiento ético no es un obstáculo, es un acelerador. Las empresas que integran la ética desde el diseño escalan más rápido y refuerzan su reputación frente a clientes, empleados e inversores”, defiende Alcañiz.

España, en condiciones de liderar

Amazon, BMW o el Gobierno de Singapur ya aplican modelos similares. Pero, como recuerda Alcañiz, “la clave no es copiar, sino adaptar con visión propia”. España tiene capacidad científica, talento e infraestructuras para ser un actor clave en esta revolución, si apuesta por una combinación equilibrada de innovación tecnológica, formación inmersiva y valores humanistas.

El liderazgo del futuro se entrena con datos, con simulación, con autoanálisis y, sobre todo, con una mirada consciente hacia lo humano. Porque en una era donde lo digital lo impregna todo, el nuevo CEO no será quien lo sepa todo, sino quien sepa conectar con otros mejor que nadie.

CanalCeo
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