Cómo ponerle emoción a los datos sin perder el foco empresarial

por | Jun 23, 2025

Cuando los datos hablan sin alma, las decisiones pierden humanidad. Esta fue una de las grandes reflexiones que marcó el primer encuentro TARCEO, impulsado por Canal CEO y el Club Excelencia en Gestión, celebrado el 5 de junio en el Club Financiero Génova.

La conversación entre Gabriela Orille, consejera independiente de Denarius, y Javier Sierra Sopranis, director general de Aresbank, moderada por Noemí Boza, socia directora de Más Cuota, puso luz sobre la necesidad de equilibrar razón y emoción en las organizaciones que aspiran a un liderazgo más humano y sostenible. Es decir, cómo conjugar innovación, datos y liderazgo humanista en un mismo relato de transformación.

Liderazgo con propósito, mucho más que un manido slogan

Gabriela Orille lo expresó con contundencia: “El siglo XXI es el siglo de la generosidad”. No se refería a una actitud filantrópica superficial, sino a una convicción profunda sobre la necesidad de compartir información, entender al cliente y colaborar entre departamentos para construir experiencias verdaderamente valiosas. “No podemos solucionar problemas si cada área guarda los datos como si fueran su tesoro. Necesitamos trazabilidad, necesitamos visión conjunta. Y eso empieza por romper el estilo Gollum”, advirtió con una sonrisa, en referencia al personaje que repetía obsesivamente “mi tesoro”.

Desde su experiencia pionera en el mundo fintech y tras haber lanzado modelos de banca privada disruptivos, Orille defendió la pasión, la humildad y la seguridad como condiciones indispensables del liderazgo contemporáneo: “Un CEO no puede dejar de aprender nunca, ni perder el pulso del cliente real. Porque cuando lo haces, empiezas a tomar decisiones desde la desconexión”.

Recordó que solo un 4% de los españoles gana más de 60.000 euros al año y alertó sobre la falta de empatía de muchos equipos directivos con el cliente medio. “Si no entiendes a Pepe, el cliente final, no puedes construir tecnología útil ni comunicar desde la emoción”.

Por su parte, Javier Sierra Sopranis se definió desde la simplicidad: “Yo quiero ser feliz y hacer felices a los que me rodean. También en la empresa”. Al frente de una entidad con ADN multicultural como Aresbank, con fuerte presencia en países del norte de África, explicó que su forma de liderar se basa en empatía, cercanía y un uso inteligente de la tecnología. “La tecnología me libera tiempo para dedicarme a lo que realmente importa: las personas. Sin ella estaríamos haciendo manualidades todo el día. Pero el valor diferencial sigue siendo humano”.

Datos con emoción: la nueva ventaja competitiva

Ambos coincidieron en la necesidad de narrar los datos con sentido. Orille puso como ejemplo a neobancos como Revolut o N26, que no inventaron nada nuevo, pero sí supieron conectar emocionalmente con sus usuarios resolviendo problemas reales con experiencias sencillas, ágiles y coherentes con sus valores.

La clave, según Orille, es enamorar al cliente desde la experiencia: “Enamorarse de tu banco parecía una locura… hasta que alguien lo hizo posible”. Y esto solo se logra si los datos dejan de ser propiedad de departamentos y se convierten en parte de un relato compartido.

Sierra resumió su enfoque con una máxima sencilla y efectiva: “More, better, different, less”. Es decir, hacer más de lo que funciona, mejor lo que ya hacemos bien, diferente aquello que no hacíamos bien y menos de lo que no aporta valor. Innovar no siempre es inventar. A veces es simplemente mejorar.

Para Javier Sierra Sopranis, al frente de Aresbank, la tecnología tiene un papel claro: liberar tiempo para dedicarlo a lo que realmente importa. “La tecnología me permite no estar haciendo manualidades todo el día. Pero el valor diferencial sigue siendo humano”, señaló. En su entorno multicultural y de fuerte vinculación con países del norte de África, la emoción y la honestidad son esenciales: “El mundo árabe se basa en la confianza. Si vacilas en una afirmación, estás muerto”.

Ambos directivos compartieron, además, una preocupación común: cómo asegurar la sostenibilidad del modelo económico personal y profesional a largo plazo. Sierra introdujo el concepto “FYM” (Financially Independent, You Made it), invitando a calcular cuánto necesitamos para vivir de forma digna y libre cuando dejemos de trabajar, y tomar decisiones desde ahí.

Este primer TARCEO no solo dejó titulares provocadores como “ser simplemente apasionado” o “el error está fenomenal si aprendemos de él”, sino también una profunda reivindicación del liderazgo que conecta: el que entiende los datos como herramienta, la tecnología como medio, y la emoción como puente entre las personas y el propósito empresarial.

Elena Carrascosa Vela
Elena Carrascosa Vela

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