Concentrar demasiado poder en un único ejecutivo o no realizar auditorías periódicas a los empleados, son dos de las circunstancias que debilitan el escudo empresarial ante el fraude interno. Analizamos el papel del empleado en la evaluación de riesgos.
El fraude es una tipología de riesgo que, como tantos otros, puede apartar a la compañía de sus objetivos. En un documento de Deloitte sobre la evaluación de riesgos, se recuerda cómo la misión esencial a toda compañía es proteger el valor de sus activos y crear nuevos activos/valor para el futuro, para entregárselo a la totalidad de sus grupos de interés, tanto externos (accionistas) como internos (empleados).