Mientras muchas empresas se enfrentan a la falta de relevo directivo, Sarah Marlex refuerza su apuesta por el Executive Search y el gobierno corporativo para dar respuesta a la escasez de líderes en el mercado español.
España atraviesa una curiosa paradoja: sobran profesionales cualificados, pero escasean quienes quieran liderar. Según el último estudio de InfoJobs, un 57% de los empleados no aspira a ascender dentro de su empresa. No es desinterés, sino una redefinición del éxito. Las nuevas generaciones asocian el liderazgo a un mayor desgaste emocional y a un equilibrio personal difícil de sostener. Ser jefe ya no seduce; se percibe como una renuncia.
Y, mientras tanto, las empresas siguen necesitando a alguien que tome decisiones. Los organigramas se aplanan, los mandos intermedios desaparecen y el talento más joven busca propósito, no poder. En este escenario, el liderazgo se convierte en un bien escaso y las organizaciones se preguntan quién sostendrá su futuro.
Sarah Marlex: un radar para detectar líderes en transición
En medio de esta nueva geografía del talento, Sarah Marlex se consolida como una de las firmas españolas de referencia en Executive Search, captación de talento directivo y gobierno corporativo. Su propósito: ayudar a las compañías a encontrar no solo directivos, sino auténticos impulsores del cambio.
El grupo Marlex, matriz a la que pertenece Sarah Marlex, es una empresa con más de 70 oficinas y tres décadas de experiencia en selección de talento que en los últimos meses está ampliando su negocio en la franja de servicios de valor añadido. Recientemente adquirió Lead to Change, consultora fundada y dirigida por Xavier Marcet, experto en estrategia, innovación y transformación de organizaciones.
En este sentido la compañía ha seguido impulsando su perímetro de actuación con otros dos movimientos estratégicos en Sarah Marlex: la apertura de oficina en Madrid (Torre Europa), dirigida por Rocío Rivero, Managing Director de la firma, y cuya misión principal es expandirse al mercado nacional desde la capital impulsando la evolución de las empresas a través de las personas. Y la incorporación de Gerardo Seeliger, figura clave del headhunting español, como senior partner de la consultora, que se une a un equipo de socios y consultores senior con amplia experiencia en la captación de talento directivo.
Desde su nueva oficina en la Torre Europa, en Madrid, Sarah Marlex busca redefinir el Executive Search en torno a una idea: el liderazgo ya no se hereda, se entrena.
La metamorfosis del talento directivo
El mercado del talento vive un cambio estructural. Si en los años dorados del management se premiaba la autoridad y la especialización, hoy la brújula apunta a la adaptabilidad, la empatía y la visión global. Según el informe Global Leadership Forecast 2024 de DDI, solo el 12% de las empresas en el mundo se siente preparada para afrontar un relevo generacional en su cúpula.
Las consultoras de búsqueda ejecutiva se enfrentan, por tanto, a un doble reto: atraer líderes escasos y acompañar a las empresas en su transición cultural. Ya no basta con seleccionar currículos brillantes; hay que identificar talento capaz de gestionar la incertidumbre y conectar equipos híbridos, diversos y en constante evolución.
Ahí reside la ventaja competitiva de Sarah Marlex: su capacidad para combinar la precisión técnica del Executive Search con un profundo entendimiento del contexto empresarial. El liderazgo que las organizaciones necesitan no se mide en jerarquías, sino en influencia y propósito.
El futuro de las compañías se juega en la dirección
Nunca ha habido tantos profesionales formados, pero sí menos vocaciones de liderazgo. El éxito se redefine: menos despacho, más equilibrio; menos mando, más sentido. La profesora Isabel Aranda, de la EAE Business School, en declaraciones al digital El Confidencial, lo resume con claridad: “El ascenso tradicional se percibe como más horas, más estrés y una falsa compensación económica”.
Aun así, el liderazgo sigue siendo indispensable. Las empresas necesitan quienes asuman la responsabilidad de mirar más allá del trimestre, quienes inspiren confianza y dibujen horizontes. Ahí es donde entra el papel de firmas como Sarah Marlex, que no solo seleccionan, sino que acompañan.
Su valor diferencial no reside en llenar vacantes, sino en encontrar a quienes todavía creen que liderar puede transformar. En un país que cuestiona la figura del jefe, esa convicción puede marcar la diferencia entre crecer o estancarse.
Más que una consultora: un puente entre generaciones
Sarah Marlex representa un nuevo enfoque del Executive Search: más humano, más estratégico y más consciente del cambio social que atraviesan las empresas. Su tarea no es fabricar líderes, sino descubrirlos. Y, sobre todo, conectarles con organizaciones que buscan propósito antes que poder.
Quizá ahí esté la respuesta a la crisis de jefes: no necesitamos más aspirantes al cargo, sino más vocaciones de liderazgo. Y en esa búsqueda —paciente, rigurosa y con mirada larga—, Sarah Marlex se está convirtiendo en un referente.
