Poner atención. Esa es, para Daniel Goleman –el padre de la inteligencia emocional–, la primera tarea de un directivo. Y, para ello, los directivos deben aprender a dónde dirigir la atención.
Poner atención. Esa es, para Daniel Goleman –el padre de la inteligencia emocional–, la primera tarea de un directivo. Y, para ello, los directivos deben aprender a dónde dirigir la atención.