Hay múltiples fórmulas para detectar si un jefe es tóxico y si, lejos de extraer lo mejor de sus profesionales, lo que hace es sacar lo peor de ellos. El lenguaje oral es la vía de comunicación humana por excelencia y, también, la herramienta más útil para identificar a este tipo de dirigentes, cuya toxicidad les impide utilizar las palabras más apropiadas para cada momento.