La era de la posverdad y el nuevo liderazgo político

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2016 fue el año de Trump, del Brexit y también de la posverdad. Un término que, como un fino hilo, une muchas de las propuestas comunicativas de la política actual. Aún en este 2018, el recorrido de este neologismo no cesa y sus condicionantes y efectos siguen configurando la manera de liderar en el ámbito político y la creación de la opinión pública.

Sobre todo ello 14 autores reflexionan en el libro En la era de la posverdad, editado por Calambur, y coordinado por Jordi Ibañez Fanés. Este nuevo tipo de verdad, que tiene más en cuenta lo emocional del discurso que los hechos a los que alude, cambia la comunicación de los líderes políticos y la manera de relacionarnos con estructuras de poder. Entrevistado por Canal CEO, Ibañez Fanés asegura que la posverdad no busca confundir sino manifestar la unión entre los productores de discurso político y sus seguidores.

Ante la pregunta de si la posverdad está relacionada con la deriva emocional que hace años tomó el marketing para acercarse a los consumidores, Ibañez asegura que los líderes políticos y sus maquinarias de comunicación han aprendido mucho de ese trabajo. Sin embargo, Ródenas de Moya establece una diferencia clara: “Si el margen de manipulación de la verdad en la publicidad es demasiado grande, eso afecta a la credibilidad de empresa y producto. En el ámbito político no existe ese efecto rebote sobre ellos, no hay consecuencias para quienes lanzan mentiras”.

Redes, velocidad, espectáculo y medias verdades

La llegada de la posverdad está íntimamente relacionada con el desarrollo de internet en los últimos años. Para Ibañez Fanés, “igual que es impensable pensar en la propaganda política de los regímenes totalitarios en los años 30’, la posverdad está ligada a las redes sociales”.

Según Ródenas de Moya, “los medios digitales son el caldo de cultivo donde ha crecido esta nueva forma de mentira y manipulación”. En ese contexto la velocidad de la información resulta fundamental según el profesor al igual que  “la construcción de nichos de confort ideológico donde acuden o acudimos que facilitan una ingeniería ideológica o social, una intervención a través de noticias falsas”.

El resultado es un mundo hipervisibilizado en las pantallas, mediado y entretenido en la imagen y falto de confianza en quienes detentan el poder.

Remedios Zafra, profesora de la Universidad de Sevilla, estudia en su ensayo la relación entre redes sociales y posverdad y sus consecuencias sociales. Determina que los dispositivos conectados han conseguido solapar el mundo digital y material convirtiendo las pantallas en uno de los “espacios de interacción de la verdad y la mentira.” El resultado es un mundo “hipervisibilizado en las pantallas, mediado y entretenido en la imagen, falto de confianza en quienes detentan el poder y en cierta manera, cansado de antemano de hacer la revolución”.

Esa falta de confianza en quienes detentan el poder a la que alude Zafra se concreta en la entrevista mantenida con Ródenas de Moya. Para el profesor, “hay una pérdida de centros de autoridad, incluso de referentes o formas de opinión establecida o reconocida por todos los ciudadanos como origen de veracidad”.

Como se resalta en el ensayo, es curioso que en un mundo cada vez más científico y necesitado de pruebas e investigación, lo espectacular haya inundado muchas esferas sociales sometiéndolas a la precariedad de lo desechable.