Este verano aprende optimismo inteligente

%banner%
%home%

Marta Romo| Madrid

Socia de Be-Up
@martaromo

 

Con la que está cayendo nada mejor para este verano que proponerse aprender a ser más optimistas. El optimismo es una de las mayores fuentes de motivación y se ha convertido en una competencia crítica hoy en día, ya que nos ayuda a ser persistentes a pesar de las dificultades. Bajo el prisma del optimismo aparece un estilo explicativo de la realidad desde el que se opera por esperanza de éxito en lugar de por miedo al fracaso y con el que se considera que de los errores se puede aprender y se pueden superar, porque responden a circunstancias manejables.

La buena noticia es que a ser optimista se aprende. Aunque no hay una receta milagrosa que acelere este proceso, podemos combinar varios ingredientes para generar nuevos hábitos de pensamiento, emoción y acción que nos lleven a pensar, sentir y actuar de forma optimista. Dicen los expertos que nuestro cerebro tarda 21 días en generar un nuevo hábito, conjunto de neuronas unidas por mielina, si repetimos esa acción todos los días. Así pues, este verano, no hay excusas, no hay reuniones, ni multiconferencias, ni correos electrónicos que puedan entorpecer este entrenamiento. Aquí tienes algunas técnicas para que puedas sacar el máximo partido a tu optimismo.

Para fortalecer el sistema inmunológico cognitivo y potenciar tu atención en lo positivo:

-Disfruta de la desconexión virtual real cuando estés conectado personalmente con tu familia, amigos… Apaga el móvil y enciéndelo solo en momentos puntuales. La tentación de consultar actualizaciones cuando el móvil está encendido es mucho mayor y esto hace que estemos preocupados y estresados continuamente pendientes de cualquier imprevisto.

-Construye una frase que te recuerde tus fortalezas, formúlala de forma sencilla y repítela todos los días varias veces por las mañanas. Recuerda todos los días lo bueno/a que eres en algo concreto.

-Cada vez que tengas un desencuentro o discusión con otra persona revisa lo sucedido y constrúyelo en tu mente tal y como te hubiera gustado que fuera. ¡Imagínatelo de nuevo! Si descubres algo diferente, puedes lanzarte a compartirlo con la otra persona.

-Realiza actividades hedonistas que te proporcionen placer.

-Conviértete en protagonista, lo que implica participar y actuar en todo lo posible. Da tu opinión y visión sobre las cosas en las conversaciones.

-Olvídate de las quejas. No permitas ni una sola queja a tu alrededor porque están prohibidas este verano.

-Piensa menos este verano. Reduce el volumen mental, baja la intensidad de tus pensamientos y de tus preocupaciones. Por el contrario, muévete y haz deporte todos los días, aunque sea moderado. Mantener el cuerpo en movimiento nos ayuda a sentirnos mejor gracias a las endorfinas.

-Comparte con otras personas, relaciónate con gente diferente y practica la generosidad. Como decía Aristóteles «La generosidad es un egoísmo inteligente». Recibir agradecimiento nos hace sentir útiles, positivos y protagonistas.

-Ríete, ya que la risa es la mejor medicina contra el pesimismo. Puedes generar un hábito si practicas todos los días, lleva la sonrisa puesta todo el tiempo que puedas, cuenta chistes, historietas, chascarrillos… Cada vez que sonreímos nuestro cerebro recibe la información de que todo está bien, de que no hay problemas y se relaja.

-Evita a los asesinos de la pasión, los passion killers, es decir, a personas expertas en hacerte sentir mal, en señalar todo lo negativo y lo mal que está todo. Aquellos que incluyen un «no» o una palabra de desesperanza en cada frase. ¡Huye de ellos!

Muchas veces nos olvidamos de que el optimismo es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias. No lo olvides este verano y practica el optimismo inteligente.