Diego Posada | 3 de octubre de 2016
«La sencillez se ha convertido en nuestro objetivo». La cita es de Giles Colborne, autor del libro «Simple y utilizable» y director general de CX Partners. Una afirmación que encaja con la reflexión de muchos directivos: cada vez es más difícil procesar la información de forma adecuada para poder crear un programa de motivación. La sociedad moderna, con Internet como principal herramienta, ha traído decenas de comodidades pero también problemas como la incapacidad para procesar todos los datos que nos llegan.
Algo a lo que debemos de unir lo que es ya un reflexión extendida del escritor Umberto Eco. El italiano advierte que bajo todo lo que se publica con las nuevas tecnologías subyace un peligro: la credibilidad. No podemos dar el valor adecuado a la información si prescindimos de una variable tan importante como saber de dónde viene. Por eso hay una nueva necesidad dentro de las empresas, de las compañías: filtrar la información
Una tarea que requiere, cada vez más de profesionalización. De esa manera podremos responder a cuestiones tan sencillas como ¿puede segmentar sus clientes y distribuidores según su importancia?¿tiene la información de su empresa organizada para utilizarla de una manera eficiente? o ¿sabemos que personas generan valor ante los clientes?.
Contestar esas cuestiones nos permitirá tener suficiente capacidad para trabajar con unos objetivos claros y que nuestro equipo los conozca, establecer estrategias adecuadas de comunicación o saber asumir los procesos de cambio con la menor repercusión posible para nuestra identidad.
