Enamorado de mi empleado: ¿Cómo ganarse el corazón de tu organización?

Ya está aquí el 14 de febrero, Día de San Valentín, una fecha en la que todos nos acordamos de esa persona (o personas) que conquistó nuestro corazón. En el mundo laboral, cada vez hay más organizaciones que tratan de establecer un vínculo especial con sus empleados, tal como explicamos hace un año en Enamorado de mi empresa: las ventajas de crear un vínculo con tus trabajadores. Pero lo mismo sucede a la inversa: muchos profesionales se esfuerzan por mejorar día a día, lo que les hace ser más felices en el entorno laboral y, de paso, enamorar a sus líderes.

«Para tener éxito, hay que tener el corazón en su negocio, y el negocio en su corazón». Thomas J. Watson, primer CEO de IBM

El decálogo del flechazo empresarial

A continuación, aportamos algunos consejos para conseguirlo:

1- Trabajo en equipo: en la sociedad actual se premia la colaboración frente a la competitividad. En este sentido, si somos capaces de tejer buenas relaciones con nuestros responsables y compañeros no solo nos estaremos ganando su corazón, sino que también estaremos colaborando activamente a que la organización alcance sus objetivos.

2- Comunicación: dicen que hablar es la base de las relaciones de pareja. Exactamente lo mismo ocurre en el mundo empresarial, donde los profesionales que hablan con sus jefes tienen mucho más fácil ganarse su confianza. Nunca hay que tener miedo a expresarse y proponer.

3- Ganas de aprender: siempre se ha dicho que la gente es muy reacia a los cambios. Los empleados que conquistan a sus organizaciones lo hacen, entre otras razones, porque manifiestan un espíritu radicalmente opuesto al descrito: el de estar siempre dispuestos a seguir aprendiendo y mejorando.

4- Capacidad de cambiar y adaptarse: esta cualidad es una consecuencia de la anterior. Vivimos en una coyuntura empresarial de cambio permanente (sobre todo, tecnológico) y quienes se preparan para esas transformaciones tienen muchas más posibilidades de crecer dentro de sus compañías.

5- Compromiso y responsabilidad: hay quienes actúan con desidia en el trabajo y no se esfuerzan en ocultar que están ahí porque no les queda más remedio. También los hay que apuestan por identificarse con los valores corporativos y manifiestan un compromiso férreo con la compañía. Además, actúan con responsabilidad en su trabajo porque se sienten embajadores de su marca. ¿Alguna duda respecto a cuál de estos dos perfiles es el que enamora a los líderes empresariales?

6- Organizados y planificados: vivimos en un mundo de innovación en el que se premian la creatividad y la imaginación. Eso no significa que a veces no haya que actuar como esos profesionales más cuadriculados, que saben organizar bien su tiempo para aprovecharlo al máximo y planificarse unos objetivos y metas claras en el corto y medio plazo. Al final, la organización es sinónimo de productividad, que es una cualidad muy valorada incluso por los corazones más impenetrables.

7- Inteligencia: esta virtud, bien aprovechada, garantiza el éxito en casi todas las facetas de la vida. Lo mismo ocurre en el trabajo, donde es fundamental que seamos conscientes de nuestras habilidades para tratar de potenciarlas, pero también de nuestras debilidades para intentar subsanarlas. Por supuesto, la inteligencia emocional para saber gestionar nuestras emociones y las de los demás es otra característica que nos hará destacar entre los demás.

8- Proactividad: aquello de esperar durante años a que alguien se acuerde de nosotros ya es cosa del pasado. Si queremos algo debemos ir a por ello, y si nos apetece desempeñar otras tareas en nuestra empresa o pensamos que podríamos ser más útiles en otro sitio, deberíamos decírselo a nuestros responsables. Si son inteligentes premiarán ese desparpajo o, por lo menos, lo valorarán positivamente.

9- Autonomía: a nadie le gustan los profesionales que van por libre y se niegan a rendir cuentas. Pero a todo el mundo le encantan esos trabajadores que son capaces de tomar sus propias decisiones cuando la situación lo exige y no necesitan a un lazarillo que permanentemente les diga por dónde hay que ir. Tener autonomía a la hora de afrontar problemas será garantía de flechazo hacia tu jefe.

10- Detecta soluciones y oportunidades: habrá quien piense que buscar nuevas vías de negocio o resolver dificultades es responsabilidad de sus jefes, “que para eso cobran lo que cobran”. Pero añadir algo más de pasión y entusiasmo a nuestro trabajo tampoco estaría de más. Si ofrecemos soluciones a los problemas, nos interesamos por el sector en el que se desenvuelve nuestra compañía y sugerimos nuevas oportunidades de negocio, es muy probable que nuestros jefes se animen a llevarnos al altar.