Así es el ‘Gefe’ que quieren los millennials

¡Mata a tu Jefe! Con esta reflexión nos sorprendía hace algún tiempo el director Comercial de la empresa de productos infantiles Jané, Nacho Barraquer, desde su perfil de LinkedIn. Bajo este llamativo titular, subyacía un interesante análisis sobre el tipo de CEO que hoy buscan los jóvenes.

Pero iba más allá. Explicaba cómo han cambiado los trabajadores durante los últimos 50 años y, por extensión, cómo deberían cambiar los directivos para acercarse a lo que quieren esos nuevos empleados.

Para Barraquer, la Generación del Baby Boom, formada por quienes nacieron en los años 60 y que hoy ya son abuelos, eran profesionales especialmente fieles y leales a sus compañías. Aspiraban a pasarse toda la vida en ellas porque su principal motivación era que la empresa les ofreciese seguridad, estabilidad y tranquilidad para dar sustento a sus familias.

En los años 70 llegó la Generación X, con unos sueños algo más atrevidos. Estos trabajadores buscaban nuevos desafíos y éxitos que les permitieran vivir mejor que sus antecesores. También eran algo más inquietos que los ‘baby boomers’, pues se pasaban un máximo de 10 años en la misma compañía antes de buscar nuevos retos en otras organizaciones.

Y de repente, los millennials

Pero el cambio más importante se produciría en los 80, con el nacimiento de la Generación Millennial. Su objetivo ya no era la fidelidad, sino la experimentación y la felicidad. Hablamos de quienes hoy rondan los 30 años, jóvenes que no suelen pasar más de dos años en la misma empresa porque no les preocupa tanto dónde trabajan como con quién lo hacen.

Aquí irrumpe, según Barraquer, la figura del Gefe, que no es otra cosa que un jefe que ejerce como Gestor de la Felicidad y, también, como Gurú.

Esta nueva tipología de CEO es la única capaz de convencer y motivar a los millennials, de adaptarse a sus hábitos y su forma de pensar, y más importante aún, de cosechar alegrías y buenos resultados empresariales.

Un espejo en el que mirarse y del que inspirarse

Pero si hay algo que caracteriza a estos Gefes es su capacidad para inspirar a los demás. Precisamente por eso atraen a los jóvenes, que ven en ellos una garantía de crecimiento personal y de aprendizaje profesional. Son jefes que no gritan ni ordenan, sino que cohesionan a los miembros de su equipo y ejecutan acciones que dan sentida a sus vidas, ya sea dentro o fuera de la empresa.

Estos Gefes también deben ser coherentes con lo que predican y con lo que los demás esperan de ellos.

Para completar la radiografía, Barraquer destaca que estos Gefes también deben ser coherentes con lo que predican y con lo que los demás esperan de ellos. Eso implica llevar una vida saludable, mantener un perfecto equilibrio entre la esfera social y la personal y respetar la máxima de que ocho horas del día son para trabajar, otras ocho para descansar y las ocho restantes, para disfrutar.