Desarrollar la atención para conseguir la excelencia

Hace años el psicólogo estadounidense Daniel Goleman alcanzó la fama con su obra Inteligencia emocional. La base de muchas estrategias y planteamientos que tratan de que las emociones sean más tenidas en cuenta, no dejando sólo que lo racional impere. Goleman ha editado recientemente “Focus”, un libro centrado en el desarrollo de la atención para alcanzar la excelencia.
La facilidad en el acceso a la información, el desarrollo de las comunicaciones, la industria del entretenimiento… Son muchos los factores que han contribuido a crear un mundo en el que es muy difícil centrarse en una sola tarea. Como muchos denominan, somos seres “multitarea”. Goleman plantea este momento como complicado para el ser humano. En una entrevista para el diario El Mundo declaraba que “no somos conscientes de lo importante que es la atención. Es parte esencial de todo lo que hacemos. Si no estás atento, probablemente no puedes acabar ni una conversación, mucho menos un proyecto. La distracción es enemigo de nuestras capacidades. Si dejamos que entre, el producto de lo que sea que estemos haciendo será inferior al que podía haber sido de estar completamente concentrados. Y esto vale para todo y para todos”.
Goleman defiende que la multitarea nos hace perder tiempo y resta calidad a lo que hacemos. Lo ejemplifica así: “Si sufrimos una interrupción, si estamos, por ejemplo, escribiendo un artículo y recibimos un correo electrónico, si nos detenemos a leerlo y contestarlo, nos costará diez minutos volver a concentrarnos en lo que estábamos haciendo. La concentración es el camino y la meditación puede ayudarnos a alcanzarla con mayor facilidad, a entrenar, como decía, el músculo”.
El libro relaciona conceptos aparecidos en algunas de sus obras anteriores. Y se nota desde la primera de las cinco claves que sustentan el libro. Son las siguientes:

1. Los fundamentos básicos de la atención
«Las personas que mejor se concentran son relativamente inmunes a la turbulencia emocional, más capaces de permanecer impasibles en medio de las crisis y mantener el rumbo en medio de una marejada emocional.»

2. El valor de una mente a la deriva
«Entre las funciones positivas de una mente errante se hallan, además de proporcionar un refrescante descanso a los circuitos destinados a una concentración más intensa, la generación de escenarios futuros, la reflexión sobre uno mismo, la navegación a través de las complejidades del mundo social, la incubación de ideas creativas, la flexibilidad de la concentración, la ponderación de lo que estamos aprendiendo, la organización de nuestros recuerdos o la simple reflexión sobre nuestra vida.»

3. Empatía emocional: yo siento tu dolor
«Sentimos en nuestro interior las emociones de los demás cuando nuestro cerebro utiliza, para leer los sentimientos ajenos, las mismas redes neuronales que emplea para leer los propios. La empatía, en suma, se construye sobre la capacidad de experimentar las sensaciones viscerales de nuestro de nuestro propio cuerpo.»

4. El contexto mayor
«Aprendemos a leer y navegar por sistemas a través de los notables talentos de aprendizaje generales del neocórtex. Esos talentos corticales (como las matemáticas o la ingeniería) pueden ser replicados por los ordenadores. Lo que diferencia a la mente sistémica de la autoconciencia y la empatía es que opera a través de circuitos fundamentalmente ascendentes. Requiere un gran esfuerzo aprender de los sistemas, pero para movernos exitosamente por la vida, necesitamos tanto fortalezas en esta variedad de atención como en las otrsa dos que aparecen de forma más natural.»

5. Sobre el liderazgo                                                                                                                       «Los líderes más inspiradores son capaces de articular valores compartidos que despiertan la vibración del grupo y lo motivan. Estos son con los que a la gente le gusta trabajar, líderes que saben poner de manifiesto una visión que moviliza a todo el mundo. Pero, para poder hablar de corazón a corazón, un líder debe antes conocer sus propios valores, lo que requiere conciencia de uno mismo.»