Cómo gestionar la motivación del empleado

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Las encuestas de carácter internacional (el Randstad Work Monitor realizado en 24 países europeos) confirman que el empleado español no está precisamente con la moral alta: “Un 38 % de los españoles creen que podrían perder el empleo en los próximos seis meses, cuando la media europea está en el 29%” señala Carlos Carpiso, experto de la empresa Randstad, especializada en recursos humanos.

Para rematar el perfil, Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, tampoco sitúa el compromiso del trabajador español en un lugar muy destacado: “El 80% no está comprometido con su empresa“.

Un empleado poco motivado y con miedo a perder el trabajo se está convirtiendo también en una persona poco conflictiva.  Las consultoras no llegan a esta conclusión (“no hablaría de un trabajador dócil pero sí prudente“ señala Alicia Jiménez), pero recomiendan que las empresas trabajen la motivación del empleado y prometan estímulos a la salida de la crisis.

Y esa terapia no parece estar en el horizonte de las empresas. Así que, de momento, no se aprecia la luz que anuncia el final del túnel: alrededor del trabajador español solo hay miedo.

La motivación de las personas según su temperamento

Pero conozcamos un poco más el perfil medio del participante español: es un empleado de unos 38 años de media con 10 años de experiencia, titulado superior (58%) y con una ligera mayoría de hombres sobre mujeres (60% y 40%, respectivamente).

El estudio de Towers Watson fue presentado por su director Juan Carlos Olabarrieta, que afirmó que  “el empleado no encuentra lo que espera de sus líderes en el aspecto humano como la cercanía, la confianza o la preocupación por su bienestar”.

Y es aquí donde el líder pueden introducir cambios para el desarrollo de un liderazgo motivador… Los empleados muy distintos entre sí, se mueven por razones muy diferentes atendiendo a criterios de personalidad…  Conocer los temperamentos de cada uno de ellos puede ayudar a encontrar las claves de la motivación.

Tampoco se debe estigmatizar al empleado desmotivado como mal trabajador. “Se trata de alguien de quien no se ha sacado lo mejor”. Para mejorar este factor, se debe apostar por el liderazgo y el desarrollo profesional aplicable a cualquier coyuntura, cualquier país y cualquier temperamento.

Investigando un poco en la personalidad del empleado, interesándose por conocerlo, podemos extraer qué tipo de palancas funcionan para activar la motivación de cada uno de ellos.

Si te interesa aprender cómo motivar a las personas de tu entorno atendiendo a los distintos temperamentos, mira el vídeo de la entrevista a Joaquina Fernández, experta en comunicación no verbal, coaching, mentoring, conocimiento del otro y su desarrollo, que además es conferenciante en foros de RRHH y Dirección de Personas, y explica para Canal CEO, los 4 temperamentos de Jung.

Según sus teorías, analizando las distintas personalidades de los miembros del equipo en el entorno laboral, se puede delegar el trabajo más adecuado a cada uno de ellos para conseguir una actitud más motivada.