La actitud rockstar

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Guzmán López| Madrid

Experto en creatividad
@guzolopez

 

¿Qué pasaría si el CEO de una empresa fuera Mick Jagger de los Rolling Stones o Bono de U2? ¿Funcionaría mejor o sería un desastre total? ¿Vendería más y mejor o por el contrario se hundiría al cabo de unos meses?

De estas cuestiones parte la actitud rockstar, una reflexión sobre la falta de autenticidad y liderazgo en las organizaciones y de cómo podemos aprender de las estrellas del rock para convertir a nuestros clientes en verdaderos fans.

Siempre he defendido que una gran banda de rock es también una gran empresa. No olvidemos que, al fin y al cabo, es un grupo de personas que crea algo y lo vende a un cliente final. Hasta ahí las coincidencias. Lo realmente interesante reside en las diferencias y en cómo éstas pueden ayudarnos a reflexionar y a cambiar parte de nuestra actitud con el fin de lograr lo que ellos consiguen. Veamos, pues, cuales son:

Las bandas de rock no tratan con clientes, sino con fans. La diferencia entre los dos es fundamental. Un cliente compra de manera objetiva mientras que el fan lo hace desde la subjetividad. Es la razón versus el corazón. Si conseguimos que el cliente conecte emocionalmente con nuestra empresa y sus valores tendremos a un fan para toda la vida.

– Los líderes no imponen, se componen. ¿De quién? De un buen equipo, de uno que les haga brillar. Saben que su éxito depende del trabajo que haga la gente que está a su alrededor, por eso es sumamente importante rodearse no sólo de los mejores desde el punto de vista profesional sino de aquellas personas que compartan nuestros valores y sentimientos. Ésas serán las personas que nos hagan brillar.

– La misión del grupo no es la productividad sino la diversión. Una banda de rock se forma por diversión y muere por ambición. Cuando el espíritu por el que se formó ha dejado de tener sentido las cosas no funcionan y ese fan del que hablábamos se evapora. Divertirse es fundamental para ser creativo, para experimentar, para apasionarse y contagiárselo a los demás. Ésa es la clave de la actitud rockstar.

– Una banda de rock no sigue al mercado, es el mercado quien la sigue a ella. Muchas empresas dedican innumerables recursos a seguir las tendencias ya que éstas son las que marcan lo que el cliente quiere. Un grupo de rock auténtico no busca eso, busca divertirse, experimentar, hacer un buen producto que pueda cambiar el mundo. Si Henry Ford hubiera seguido el mercado no tendríamos coches, tendríamos caballos más rápidos.

– Actúan más que piensan. Si las estrellas de rock pensaran demasiado antes de pasar a la acción no harían la mayoría de las cosas que hacen. Queen se gastaba en sus escenarios más de lo que generaba, Pink Floyd puso en peligro decenas de aviones al poner un globo con forma de cerdo gigante en el aire y Los Beatles afirmaron que eran más famosos que Jesucristo. Estos fallos, incontinencias verbales y errores son perdonados por sus fans porque más allá de lo que provocan demuestran una cosa: que son auténticos.

Karlos Arguiñano, Richard Branson, Steve Jobs o Warren Buffett son algunos de los CEO con esta actitud rockstar. Todos ellos cumplen los requisitos que hemos recorrido aquí. Ahora es el tiempo de preguntarnos si nosotros lo somos y, si no es así, averiguar qué es lo que nos falta para conseguirlo.