Presentismo: Una buena herramienta para la desorganización

 Vega Ferreira

 or qué tendemos a extender nuestro tiempo en la oficina? El miedo a perder el cargo, según un estudio de Randstad, líderes de soluciones globales de recursos humanos, es el principal motivo por el que, en estos tiempos de crisis, se pase más tiempo en el puesto de trabajo de lo que su horario establece.

La débil estabilidad de la situación económica provoca inseguridades. Por ello, en los últimos años se ha comenzado a cambiar el absentismo por el presentismo. Según un artículo de Universia España, son los menores de 25 años con estudios básicos, los que mayor número de horas de más pasan en la oficina. La razón es la dificultad de encontrar un puesto sólido y el afán por conservarlo.

De nada sirve a la empresa que un empleado se presente en su lugar de trabajo para realizar sus tareas ineficazmente. Algunos de los ejemplos más claros de las consecuencias del presentismo vienen recogidos en la Guía Laboral sobre salud mental de la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo:

– Disminución de productividad y pérdida de creatividad

– Accidentes de trabajo vinculados al estrés

– Problemas legales relacionados con el acoso y la violencia por conflictos interpersonales.

Teniendo esto en cuenta, se ha ido percibiendo la necesidad de preservar el bienestar del recurso humano para beneficio de la empresa. Las organizaciones temen el cambio drástico que supone tomar medidas como reducir la jornada laboral, aunque se alza casi como una obligación.

Soluciones

Existen ciertas conductas que la empresa puede adoptar para batirse contra el presentismo.  Resulta imprescindible mirar por la salud de los empleados de una organización de manera individual, aunque luego se funcione como un colectivo, porque cada uno tiene necesidades y cualidades distintas.

Así pues, la motivación es la mejor herramienta para que el trabajador se comprometa con la empresa y cumpla sus responsabilidades. Aplicando políticas de gestión del talento, se conseguirá una mayor eficiencia, conociendo de esta manera las capacidades individuales y provocando que el trabajador se sienta satisfecho realizando sus funciones.

También resulta útil la aplicación de políticas de conciliación laboral. Las retribuciones basadas en la productividad y el rendimiento causarán de la misma manera que el compromiso con el trabajo aumente, para beneficio propio y de la empresa.

Si queremos entender una relación sana entre horas y actividad basta ver cómo se aborda esta cuestión en otros países más productivos. Miguel Reina, Socio Fundador de Súmate marketing online, relataba esta anécdota en una entrevista: “Un conocido entró a trabajar en una empresa. Le mandaron a Estados Unidos y allí, tenía muchísimo trabajo. Llegaron las 6, 7 de la tarde y él estaba solo en la oficina (…). De repente apareció su jefe y le preguntó que qué hacía ahí. Le contestó que era su primer día, que tenía muchas cosas que hacer… Su jefe le respondió con una reflexión: si estás aquí a las 7 de la tarde, solo puede ser por dos razones, o que tú haces mal tu trabajo, o que yo hago mal el mío, y creo haberte repartido muy bien tus tareas.”

La Organización Mundial de la Salud define el término salud como: “el estado del bienestar físico, mental y social completo”. Aquí tenemos pues, las tres claves para que cualquier persona se encuentre en su plenitud en cualquier ámbito de su vida, y por tanto, a nivel laboral, que dé también lo mejor de sí, porque, aunque estemos en camino de procesarlo, la productividad y la salud dependen la una de la otra.